Marcos Villavicencio / @CEOTobalaba
En Chile actualmente, según el reporte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), un 76,5% de la población (13.631.576 habitantes) se atiende en el sector público y un 23,5% (4.187.477 Habitantes) en el sistema privado u otros.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para atención primaria, es que exista un dentista por cada 2.000 habitantes, por lo que se necesita entonces 6.815 profesionales en el sistema público (hoy existen 4.200 aproximadamente) y hace falta 2.615 plazas de trabajo adicionales, lo que se traduce en un déficit del 38,37%.
Según la OCDE, en el sistema privado se necesitan 2.345 odontólogos (un dentista por cada 1.785 habitantes), pero hoy en día existe una relación de un dentista por cada 247 habitantes, existiendo una sobreoferta del 807,83%.
Es decir, existe una problemática de muchos profesionales en el ámbito privado y déficit en el sector público, lo que genera una migración hacia clínicas privadas de personas que necesitan atención y que no tienen los recursos para atenderse, pero es en este sector, donde con el fin de satisfacer esa demanda y paliar la cesantía existente, las clínicas dentales LOW COST (bajo costo) disminuyen los precios de las prestaciones a niveles que afectan la calidad de la atención odontológica.
53,8% de la población estima que tiene una salud bucal regular, mala o muy mala y el 52,8% reconoce que hace más de un año no visita al dentista
Si a esto sumamos que en Chile más del 62% de los niños de 12 años sufre de caries, cifra que se eleva por sobre el 99% en los adultos después de los 65 años, según estudios realizados por el cirujano dentista Rodrigo Cabello magister en Ciencias Odontológicas y académico de la Universidad de Chile, y superponemos los resultados de la última encuesta nacional de salud (Minsal), donde el cuidado de los dientes no es algo prioritario entre los chilenos (53,8% de la población estima que tiene una salud bucal regular, mala o muy mala y el 52,8% reconoce que hace más de un año no visita al dentista) se convierte en un escenario de gran complejidad, sobre todo para las personas que buscan atención y no saben cómo seleccionar una clínica dental que les brinde la seguridad y la garantía de recibir un servicio de calidad profesional a un precio justo.
Es fácil concluir que estas son las razones principales por la que el mercado se ha convertido al mejor estilo de la fórmula 1 en una carrera épica por seducir y captar la atención de la mayor cantidad de pacientes sin importar el costo.
Son batallas campales y guerras titánicas basadas exclusivamente en precios, entramos en una carnicería de ofertas y mensajes publicitarios poco éticos basados en estrategias de marketing donde no existe una propuesta de valor y que son utilizados por clínicas dentales LOW COST, muchas veces sustentados en promociones con contenido poco claro, confuso e incluso, hasta ofertas engañosas que pueden traer perjuicio y ocasionar graves consecuencias al paciente como dolor, infecciones, daños irreversibles como perdida de piezas dentales, debilitación de autoestima, daños emocionales y perdida de dinero.
¿Cómo evaluar y seleccionar correctamente una clínica dental de confianza que le permita mantener y mejorar su salud bucal a lo largo del tiempo?
1.- Negocio vs profesionalidad: las clínicas dentales LOW COST son gestionadas por empresarios y no por médicos, ni dentistas. Siguen protocolos muy estrictos en cuanto a rendimiento económico, tiempos máximos de tratamiento o materiales utilizados (Hacer más con menos).
2.- Trato Personalizado: las clínicas dentales LOW COST tienen una alta rotación de personal, para usted como paciente es importante que en la clínica conozcan profundamente su caso y para ello es imprescindible que lo atiendan siempre los mismos profesionales.
3.- Riesgo de sobretratamiento: el colegio de dentistas siempre advierte que en este tipo de clínicas dentales LOW COST pueden realizar más tratamientos de los necesarios con el fin de obtener mayor rendimiento económico.
4.- Calidad de los materiales: En las clínicas dentales LOW COST el dentista es un empleado más, no tiene poder de decisión en los materiales que se utilizan para cada tratamiento, por lo tanto no siempre son los más indicados sino los más económicos.
5.- Engaño publicitario: estas clínicas realizan campañas publicitarias con precios imposibles. Al analizar detalladamente esos precios se descubre que no incluyen el tratamiento completo, por lo tanto, su precio final es mucho mayor.
6.- Experiencia y formación: un odontólogo bien formado encarece los servicios por el costo de mano de obra. En estas dentales un odontólogo general es el que presta servicios para todas las especialidades, (en caso de requerirlo exija siempre la atención de un especialista).
7.- Garantía de Calidad: cuando las condiciones de trabajo y las condiciones son precarias, (clínicas dentales clandestinas, sin permiso Seremi de salud, doctoras sin reválida) las posibilidades de que algo salga mal son enormes, por eso las clínicas dentales de “bajo costo” no se hacen responsables del resultado de sus tratamientos.
Evite botar dinero poniendo en riesgo su salud bucal y la de su núcleo familiar, seleccione una clínica dental con conciencia.“La salud de las personas NO ES LOW COST”