Conchita Torres Sirit – @psiconchy
En la actualidad las redes sociales cumplen un rol muy importante, para comunicarnos, recordar momentos, compartir experiencias y hasta demostrar afecto. Sin embargo, ciertas conductas o códigos utilizados en esta nueva tendencia pueden afectar nuestro concepto de nosotros mismos.
A que me refiero ¿cuántas personas consideran que mientras más likes tienen en una foto se sienten mejor? O les ha pasado que cuando desean llamar la atención de alguna persona ustedes le colocan “me gusta” a su foto como una manera de acercamiento para decir con esa acción “Estoy aquí”.
Pues si te identificas con estas acciones no te preocupes son más comunes de lo que nos imaginamos, el tema está en que si desconocemos estos patrones de conducta es muy fácil crear pensamientos que afecten nuestra autoestima.
Ante estos planteamientos que cada día se demuestran con más frecuencia, he investigado sobre los argumentos más comunes que se relacionan con hacer un like en redes sociales cómo Instagram o Facebook, les presento una lista elaborada por Romina Vallés de LaVanguardia.com en su artículo “Lo que de verdad esconde un me gusta”, dónde se recopilaron respuestas de personas al azar que caminaban en la calle, sus respuestas fueron:
- No le gusta tu foto o publicación: le gustas tú.
- Le da al me gusta para darte un toque (“¡Estoy aquí, llámame!”).
- Es la forma de acercarse a ti después de mucho tiempo sin hablar.
- Es un me gusta irónico, porque tu publicación es ridícula. Es como una palmadita en la espalda.
- Realmente el contenido que has publicado le parece interesante.
- Si le da al me gusta a todo lo que se le pone por delante; no eres especial para esa persona.
- Es un intercambio de me gusta: tú me das, yo te doy.
- Se le resbaló el móvil y le dio al me gusta sin querer.
- Si hoy no le ha dado al me gusta es porque de un día para otro se ha dado cuenta de que ya no le gustas y quiere dejártelo claro.
- Si no le ha dado al me gusta es porque se le ha pasado entre tantas publicaciones del día.
- Porque ha tenido un día horrible y no ha tenido tiempo de entrar en Instagram o Facebook.
- Bien porque, sencillamente, no le ha gustado tu foto.
Estos son los planteamiento más comunes reflejados por personas que utilizan con frecuencia sus redes sociales. Podriamos estar entonces en una era dónde buscamos y recibimos atención mediante estos mecanismos electrónicos.
Esto demuestra un reciente estudio llevado a cabo por especialistas de la Universidad de Gales del Sur (Reino Unido) “el cual estima muy probable que quienes confesaron luchar por los me gusta en las redes sociales tengan baja autoestima y sean más desconfiados. Lo mismo se determinó en relación a los internautas que eliminan sus publicaciones o eligen la foto de su perfil como resultado del número de los ‘me gusta’ obtenidos”.
Por esto, es importante explicar que como seres humanos estamos en la búsqueda de reforzadores que potencien nuestra autoestima, en algunos casos de éxito las personas generan sus propios mecanismos personales para que ese refuerzo provenga de sí mismo (a) o en otros casos ese reforzador se busca en el medio externo y es aquí dónde estas acciones tienen gran valor.
Es importante explicar que como seres humanos estamos en la búsqueda de reforzadores que potencien nuestra autoestima
La psicóloga y terapeuta de la corriente de la Gestalt Yulia Lishafáeva señala “ya que el humano es una criatura social, la necesidad de verse reflejado en los ojos de otras personas es normal. Pero en algunos casos esta necesidad sí puede convertirse en obsesiva, en el caso en que “ninguna aprobación sacia”. Ello se explica por el hecho de que el individuo se siente muy ‘hambriento’por no haber recibido una experiencia suficiente de reflejo y de aprobación en la niñez, y le resulta difícil encontrar otros soportes y otras maneras de satisfacción. Si la experiencia de los ‘reflejos’ en la niñez fue la suficiente, el adulto logra con el tiempo la autoestima adecuada. Es decir, la confianza en la autosensación y la capacidad de apoyarse en sí mismo”.
Ahora bien toda esta información me produce una duda ¿tienen algún beneficio los likes? En la psicología del ser humano necesitamos constantemente vincularnos con otras personas, socializar y demostrar o percibir afecto por medio de diferentes herramientas, entre ellas las redes sociales. Colocar u observar imágenes, momentos o los famosos “memes” permiten que estemos en contacto permanente con el medio externo, esto nos ayuda a sentirnos parte del sistema.
Por lo tanto, el colocar o recibir likes simpre va a tener un efecto favorecedor tanto para le que pulsa el click cómo para el que lo recibe, el tema está cuando las personas determinan que esta acción es más importante que la percepción que se tiene de sí mismo y comienzan a buscar situaciones constantemente para exponerse y obtener este reforzador. El peligro de esta satisfacción rápida radica en el hecho de que los individuos pueden engancharse a modos fáciles de comunicación que empiezan a sustituir a la vida real.
el colocar o recibir likes simpre va a tener un efecto favorecedor tanto para el que pulsa el click cOmo para el que lo recibe
Las personas más vunerables a estas acciones son aquellas más propensas a las adicciones en general, y otras personas cuyos mecanismos de apoyo hacia sí mismos y hacia su entorno se han debilitado. En el grupo de riesgo también se hallan los jóvenes y adolescentes, ya que dan mucha importancia a la aprobación por parte de la sociedad. Además, se trata de personas que necesitan algún apoyo desde fuera mientras se encuentran en una situación complicada que todavía no tiene resolución.
Uno de los sintomas más comunes que nos puede ayudar a detectar esta tendencia son las personas que no pueden pasar un día sin comprobar los ‘me gusta’ en sus perfiles, y la falta duradera de los mismos no solo le desconcierta sino que también le frusta. Por ejemplo, cuando la persona monitorea constantemente si hay nuevas reacciones o publicaciones por parte de otros usuarios en búsqueda de aprobación.
Si se manifiestan estas conductas repetitivamente es necesario en primer lugar intentar reducir el tiempo que uno emplea en las redes sociales. Realizar acividades al aire libre dónde pueda socializar con personas de forma presencial y obtener ese reforzamiento en la realidad y no a través de un dispositivo electrónico.