AP. Santiago de Chile. Miles de profesores públicos chilenos, que llevan nueve días de huelga, llevaron el martes sus demandas de mejoras laborales al Congreso mientras el gobierno afirmó que no habrá negociaciones sin clases.
En una fila de varios kilómetros, profesores de todas las edades protagonizaron una pacífica marcha que llegó hasta las cercanías de la sede legislativa en Valparaíso, 140 kilómetros al noroeste de Santiago, horas antes de que se reanude el diálogo entre el gobierno y los líderes educativos.
“Nos tomamos las calles para que no nos callen”, “No al cambio curricular” y “Yo amo la educación física” se leía en algunos lienzos llevados por los maestros que desafiaron desde muy temprano una fría y húmeda mañana en el puerto para visibilizar sus demandas.
Maestros de todo el país llegaron a bordo de unos 200 autobuses hasta las afueras de Valparaíso y desde allí comenzaron su tranquila caminata de 12 kilómetros que culminó con un acto cultural. Mientras los profesores se dispersaban aparecieron pequeños grupos de encapuchados que provocaron con piedras a la policía que los dispersó con gruesos chorros de agua.
“No se mejora la educación pública sin clases”, afirmó la ministra de Educación, Marcela Cubillos, que se encontraba en la sede del Legislativo.
A la paralización se ha plegado el 80 % de los maestros públicos del país, según el máximo dirigente gremial Mario Aguilar, y un 19 % según el Ministerio.
Para Aguilar el gobierno ha abandonado la educación pública “que se está cayendo a pedazos” con establecimientos sin luz, sin calefacción y con ratones.
Representantes del gobierno y de los educadores se reunían por la tarde en el primer acercamiento desde que se inició el paro.
Entre las demandas globales del profesorado del sector público están el pago de una deuda pendiente con unos 76.000 maestros desde hace 38 años y de bonificaciones a maestros de educación diferencial, seguridad en las aulas y el fin de una doble evaluación profesional: una aplicada todos los años y otra cada cuatro años.
En las últimas semanas agregaron la exigencia de eliminar el cambio del currículo que transforma desde el próximo año la historia y la educación física en asignaturas optativas para los dos últimos años de la enseñanza secundaria.
En Chile más de un millón de niños y jóvenes estudian en escuelas públicas gratuitas.