AP. Washington. El presidente Donald Trump dijo que sopesa “muy seriamente” poner fin al derecho a la ciudadanía para los bebés nacidos en suelo estadounidense de padres extranjeros.
Trump hizo sus declaraciones a la prensa cuando partía de la Casa Blanca rumbo a Louisville, Kentucky, para pronunciar un discurso.
Señaló que la ciudadanía por nacimiento es “francamente ridícula. Lo estamos examinando muy muy seriamente”, declaró.
No es la primera vez que Trump menciona que eliminará ese derecho; en octubre dijo algo similar.
Sin embargo, la medida planteada por Trump causaría de manera inevitable una batalla judicial que es poco probable que gane debido al concepto generalmente aceptado de que la 14ta enmienda garantiza la ciudadanía a cualquier menor nacido en suelo estadounidense, al margen de la condición migratoria de los padres.
James Ho, un juez de la corte federal de apelaciones propuesto por Trump, escribió en 2006, antes de su nombramiento, que la ciudadanía por derecho de nacimiento “no está menos protegida para los hijos de personas indocumentadas que para los descendientes de los pasajeros del Mayflower”.
Sin embargo, Trump ha dicho que sus abogados le aseguraron que el cambio podría hacerse “con una simple orden ejecutiva”, argumento al que recurre desde que era candidato presidencial, cuando describió la ciudadanía por nacimiento como un “magneto para la inmigración ilegal” y se comprometió a ponerle fin.
No hay cifras sobre cuántas mujeres extranjeras viajan a Estados Unidos con el propósito específico de dar a luz. El Centro para Estudios de Inmigración, un grupo que propugna por leyes de inmigración más estrictas, calculó que en 2012 unas 36.000 mujeres extranjeras dieron a luz en Estados Unidos y después se fueron del país.
Lugares como Florida registran un auge en el llamado “turismo para nacimiento”. Cada año, centenares de rusas embarazadas viajan a Estados Unidos para dar a luz, y pagan desde 20.000 hasta más de 50.000 dólares a personas que les arreglan sus documentos de viaje, alojamiento y estancia en hospital. Numerosas mujeres de China y Nigeria también vienen a Estados Unidos con el mismo propósito.