Cecilia Castro / @ailicastronutricionista
¿QUÉ ES EL CÁNCER?
Todos tenemos células cancerígenas en nuestro organismo, absolutamente todos, pero cuando crecen sin control y se agrupan en mayor medida de la que el organismo pueda contrarrestar, entonces se forma un tumor cancerígeno o un grupo de células cancerígenas; mientras más pequeño y rápido sea encontrado, mayores probabilidades hay de recuperación.
¿CÓMO SE DESARROLLA?
Este crecimiento de las células cancerígenas puede tener varias causas, por ello se considera una enfermedad multifactorial. Influyen factores relacionados con el estilo de vida del paciente como la alimentación, el ejercicio, el manejo del estrés, la cantidad y calidad de sueño, entre otros. Mientras más factores estén sin hábitos saludables, mayor correlación existe con la propagación de las células cancerígenas.
PREVENCIÓN
Así como hay varias causas, también existen varios abordajes de tratamiento y, sobre todo, de prevención. Dentro de la cotidianidad, los profesionales de la salud sugieren mantener un buen peso, dieta balanceada, regularidad en el ejercicio, meditaciones o manejo del estrés, buen descanso, etc. Mas allá de lo básico, es importante resaltar 2 corrientes de investigación en el cáncer que auguran menor incidencia de este, estas son la regulación del sistema inmunológico y el control de la inflamación.
INMUNOLOGÍA
El sistema inmunológico es el encargado de protegernos frente a virus, bacterias, parásitos o cualquier ente externo e interno que amenace contra la calidad de vida del individuo o comprometa su vitalidad. Este sistema es fácilmente alterable según los hábitos del individuo, por ejemplo, fumar, dormir mal, o consumir azúcar u otras drogas diariamente disminuyen su acción; por lo que se sugiere adoptar hábitos que no minimicen ni exacerben su función, pues un sistema inmune exacerbado o excitado puede auto atacar a las propias células del individuo. Enfermedades de la tiroides, lupus, artritis, DM1 son ejemplos del “auto ataque” del propio sistema inmune del organismo a las mismas células del individuo.
A su vez, el consumo de alimentos con residuos de antibióticos como proteínas animales de dudoso origen, y otros grupos alimentarios como lácteos y gluten también comprometen la eficiencia del sistema inmune por su efecto directo e inmediato en la microbiota intestinal, principal línea de defensa del organismo; además, están involucrados en procesos inflamatorios que estimulan la segunda hipótesis, la inflamación.
INFLAMACIÓN
Así como la piel y los vasos sanguíneos se rompen e inflaman al recibir un golpe en cualquier parte del cuerpo, del mismo modo se pueden inflamar las células de otros tejidos bajo la constante estimulación hormonal de la insulina y otros factores de crecimiento.
El consumo de harinas refinadas, azúcares y/o carbohidratos en exceso conlleva a la liberación de la hormona insulina por parte del páncreas; este mecanismo ejecutado varias veces al día (cada vez que se comen carbohidratos) a lo largo de muchos años, desencadena la famosa resistencia a la insulina, que a su vez genera inflamación, y finalmente se permite formar cúmulos de células en lugares que no corresponden: quistes, miomas, tumores. De hecho, la resistencia a la insulina es considerado actualmente el principal factor de riesgo predictivo para padecer Alzheimer, DM2, cáncer y parkinson.
Este estado inflamatorio, sumado a un sistema inmune ineficiente es la combinación perfecta para la propagación de células cancerígenas en el organismo. Si se le agregan factores como estrés emocional, laboral o psicológico, no es de extrañarse la alta prevalencia de esta enfermedad en la actualidad.
¿QUÉ HACER AHORA?
Actualmente hay estrategias en boga (aunque son antiguamente practicadas por la humanidad) con suficiente evidencia científica que respalda su uso seguro y eficiente, pues son hábitos que hicieron posible la evolución de la especia humana. Entre estas están los ayunos intermitentes y la alimentación low carb, y se pueden utilizar tanto para prevenir como para ejecutar en las primeras fases del diagnóstico.
Ambas se basan en la autofagia y desinflamación que se produce al practicarlas. La autofagia es una especie de limpieza automática que ocurre luego de 14-16 horas de ayuno aproximadamente donde los requerimientos nutricionales y calóricos se consumen en el tiempo restante a las 24 horas del día. Esta estrategia incluso fue laureada con el premio Nobel de medicina en 2016 tras la fortaleza de sus hallazgos para la salud del ser humano.
Por su parte, una alimentación low carb proveerá menos reacciones insulínicas en el organismo, y a su vez disminuirá la inflamación generalizada en el mismo; por supuesto, no se trata de dejar los carbohidratos y ya, sino de planificar porciones en conjunto con los demás macronutrientes de forma personalizada para que se mantengan los requerimientos calóricos nutricionales, la energía, digestión y demás indicadores de salud del paciente.
Finalmente, es importante aceptar -luego de entender el génesis y la propagación del cáncer- que tanto la salud como cualquier enfermedad se instalan de forma progresiva en nuestro cuerpo. Nadie se acuesta y amanece con cáncer, así como nadie se acuesta y se levanta con 20kg menos. Es un proceso que puede gestarse durante años hasta ser diagnosticado, y es un proceso constante de hábitos saludables que se debe llevar para evitar cualquier diagnóstico.