El técnico venezolano no ha conseguido los resultados esperados por la gerencia y desde ya se cuestiona su continuidad para la próxima temporada.
Gaby Dagnino / @gabydagninos
Las últimas dos temporadas han sido complejas para los históricos del fútbol chileno, en el 2019 la U se “salvó” del descenso por la suspensión de la temporada debido al estallido social y en la temporada actual, Colo Colo no ha salido de una crisis para entrar en otra.
A pesar de salvarse en el 2019, el fantasma del descenso sigue al acecho de la Universidad de Chile, ya que en esta temporada descienden tres clubes, y uno de ellos saldrá de la “tabla ponderada”. Un sistema que ideó la ANFP que suma los puntajes que los equipos lograron en ambas temporadas, mediante una ponderación entre los puntos obtenidos y los partidos jugados. El puntaje del 2019 tiene un valor de 60%, mientras que el del 2020, un 40%.
El peligro del descenso
Aquí es donde se complica la U, si bien a lo largo del paso de Hernán Caputto por el banquillo azul el equipo no deslumbró futbolísticamente, los resultados matemáticamente le funcionaban para permanecer en la categoría y hasta soñar con ir a una copa internacional, pero, desde la llegada de Dudamel, el equipo suma dos victorias, siete empates y dos derrotas, puntos que a la fecha no son suficientes para alejar por completo la posibilidad de ir a la B.
Más allá de los números (39,3% de rendimiento), preocupan las formas. Una U que no muestra una idea clara, conociendo el estilo de juego de Dudamel, no esperaba ver un equipo protagonista, esperaba ver un equipo replegado, ordenado y con el balón parado como fortaleza, pero después de 11 partidos no se logra ver una mejoría y aún no se tiene un equipo titular claro, porque prácticamente no se ha repetido un 11 desde su llegada.
Quiebre en el vestuario
Además de esto toca sumar el quiebre en el vestuario, desde la llegada del venezolano, le tocó enfrentar el anuncio del retiro del ídolo, Walter Montillo, una situación que indudablemente repercutió en la cancha bajando el nivel del argentino que en el proyecto de Dudamel quedó relegado a la banca.
Esto a su vez afectó el rendimiento de quien era uno de los goleadores del torneo, Joaquin Larrivey, que sin socio se encuentra en sequía de goles (pasó de promediar casi un gol por partido a anotar dos goles en 11 encuentros).
La baja de estos dos ha sido lo más preocupante de la era Dudamel, ya que era la dupla con la que contaba la U para salvar los partidos.
Futuro inmediato
El cambio de técnico también trajo la interrogante al camerino de quienes no estarán en la próxima temporada, jugadores como De Paul y Contreras han sido respaldados públicamente por el estratega mientras que otros como Beausejour y Rodriguez se encuentran a la expectativa.
Dudamel no tiene favoritos y esto puede ser positivo ya que fomenta la competencia y podría mejorar el rendimiento. Pero al mismo tiempo generó que los veteranos no tengan el mismo peso en el vestuario, y que los más jóvenes no sepan a quién recurrir cuando las cosas no salen de acuerdo al plan, esto también perjudica el desarrollo de la idea de juego y la creación de automatismos.
Cuatro partidos le restan a esta temporada que se deberán jugar como cuatro finales para poder dejar la idea del descenso como un mal recuerdo y poder pensar en planificar una nueva campaña en la que se cuestiona la continuidad del ex seleccionador venezolano.