Por: Braulio Jatar / El Vinotinto
Desde que llegamos a Santiago, lugar donde nací, he estado reuniéndome con amigos, personalidades y representantes políticos del lado venezolano y del espacio chileno.
En mi doble condición de chileno -venezolano, tengo especial interés en evaluar las relaciones entre los que llegan y los que habitan en nuestro Chile.
Mi padre, nacido en tierras calientes del estado Falcón en Venezuela, viene acompañado de mi madre, una jovencita cubana, ambos llegaron aquí hace más de sesenta años, uno era perseguido de la dictadura de Venezuela, la otra de la tiranía cubana, ninguno conocía ni el frio extremo tampoco la nieve, en Chile nacimos mi hermano Antonio y yo.
Mi abuelo paterno era libanés, el materno de las Islas Canarias, los dos inmigrantes, ambos contraen nupcias en nuevos países, en las que nacieron hijos de nacionalidades determinadas por el lugar de sus nacimientos.
Mi familia es una de exilados e inmigrantes.
“Yo soy yo y mi circunstancia” es una famosa frase de Ortega y Gasset que aparece en su obra “Meditaciones del Quijote”. En mi caso mis circunstancias me llevan a tener empatía con los perseguidos y los refugiados.
Me preocupa que, aunque en una primera etapa, la inmigración venezolana fue recibida con humana solidaridad y reconocida por su destrezas y valores, a estas alturas los principales referentes en los medios y las redes sociales, son los mismos malandros que obligaron a huir de Venezuela a infinidad de venezolanos.
La abogada Guarequena Gutiérrez desde su cuenta de la red social Twitter dice: “Como venezolana en Chile, apoyo que las fuerzas de seguridad vayan por aquellas personas que cometen delitos y que alteran la seguridad. De la nacionalidad que sean; da vergüenza que haya venezolanos entre quienes delinquen”.
La ex representante del gobierno interino apunta con acierto, por nuestra parte apoyamos su comentario diciendo: “Esos delincuentes, malandrines expulsaron a venezolan@s de nuestra Venezuela con su violencia”.
Los venezolanos de buena voluntad no pueden ser dos veces víctimas; en Chile necesitamos un liderazgo que los defienda y se ponga en primera fila, para exigir castigo para aquellos que dañan la imagen de todos.
La venezolana-estadounidense Carolina Amesty (Partido Republicano) obtuvo la victoria con el 53% de los votos para representar al Distrito 45 en la Cámara de Representantes de Florida.
Ella es un ejemplo de la ruta que los venezolanos deben empezar a pavimentar, para tener una voz potente a favor de los intereses compartidos por los nacionales de ambos países, para construir el Chile de todos.