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En el Centro Penitenciario de Yare III, un militar lanzó una amenaza a los familiares de los casi 2000 presos políticos detenidos en medio de las elecciones presidenciales del 28 de julio: “Ustedes saben que si no hacen lo que les digo me puedo poner feo”. Esta intimidación se suma a las difíciles condiciones que enfrentan las mujeres que esperan para visitar a sus seres queridos en este y otros penales.
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Adyacencias de Yare III. | Foto: Crónica Uno
Amedrentamiento a familiares de presos políticos
Las mujeres que esperan ansiosas cada 15 días para visitar a sus familiares en penales como Yare III describen el ambiente como un constante psicoterror, una táctica para mantenerlas bajo control y demostrar poder. Desde la incertidumbre de los traslados de los detenidos hasta las restricciones arbitrarias en la entrada, el amedrentamiento comienza mucho antes de cruzar la puerta del penal.
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Las mujeres sufren prácticas de psicoterror por parte de los custodios. | Fotografía: Crónica Uno
El agotamiento emocional se intensifica cuando los guardias revisan minuciosamente la “paquetería” que llevan para los internos, decidiendo arbitrariamente qué elementos pueden o no pasar. Este control ejerce una presión adicional sobre las mujeres, quienes viven con la incertidumbre de si podrán entregar los alimentos y objetos permitidos a sus seres queridos.
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Familiares denuncian que los guardias impiden el paso de alimentos de forma arbitraria. | Fotografía: Crónica Uno
La tensión y el desgaste emocional son evidentes en estas mujeres, quienes enfrentan un constante estrés y maltrato por parte de los custodios de las cárceles. El impacto psicológico de estas detenciones postelectorales no solo afecta a los presos, sino también a sus familiares, quienes experimentan ansiedad, depresión y estrés postraumático.
Según el psicólogo Abel Sarabia, estas situaciones prolongadas de estrés pueden desencadenar problemas de salud mental en las familias, generando cuadros clínicos que requieren atención especializada.
(*) Se han cambiado los nombres por medidas de protección a la fuente.
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