En un reciente suceso, se ha dado a conocer el caso de un niño de 10 años con TEA que sufrió graves lesiones al ser empalado en la Escuela Cervantes Básica de Santiago. Los padres del menor han expresado su deseo de reparar el daño sufrido por su hijo, sin incitar a la violencia o la xenofobia, ni revelar la identidad de los menores involucrados, enfocándose en que la Justicia cumpla su labor.
La madre del niño, Macarena Undurraga, denunció que la escuela minimizó el incidente como un “accidente escolar” sin reconocer la gravedad de la situación. Sin embargo, el informe médico del Hospital San Borja reveló una “herida compleja recto-uretral por empalamiento”, lo que requerirá cirugías reconstructivas significativas.
Undurraga señaló que su hijo era víctima de acoso escolar y que los responsables del empalamiento podrían ser estudiantes extranjeros. Ante esto, presentó una denuncia por lesiones graves gravísimas en la PDI.
Por su parte, la Escuela Cervantes defendió su postura de que fue un “accidente escolar” y negó la participación de estudiantes extranjeros, rechazando cualquier discurso de odio.
La familia del niño agredido ha denunciado amenazas y acoso luego de hacer público el caso. Han aclarado que su intención no es incitar a la violencia ni la xenofobia, sino buscar justicia para su hijo y evitar que este tipo de violencia se repita.
Esperan que con esta aclaración, la madre del niño deje de recibir amenazas y que se entienda que la situación ya es emocionalmente difícil.
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