El sábado pasado, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, celebró la ceremonia de reapertura oficial de la icónica catedral de Notre Dame. El ritual comenzó con el golpe de la cruz del arzobispo en las puertas de la catedral, seguido por la respuesta entonada por los coros en el interior del templo gótico, antes de cruzar el umbral.
Durante la ceremonia, los cantores de Notre Dame recitaron el salmo 121 de la Biblia cada vez que el arzobispo solicitó que se abrieran las puertas del templo. Asistieron a este evento líderes mundiales como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, la primera dama Jill Biden, la primera ministra italiana Giorgia Meloni y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski.
El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó en su discurso la proeza de reinaugurar la catedral en tan solo 5 años y medio después del devastador incendio de 2019. Macron elogió el esfuerzo de todos los involucrados en salvar y reconstruir Notre Dame, resaltando que la catedral es un símbolo de la voluntad y la fraternidad que unen a las personas en la realización de sueños audaces.
La ceremonia también incluyó un homenaje a los valientes bomberos que salvaron la catedral del fuego, con más de 150 de ellos presentes en la nave central. Tras el emotivo discurso de Macron, el arzobispo Ulrich continuó con los aspectos más religiosos de la ceremonia, incluyendo la lectura de un mensaje del papa Francisco.
La reapertura de Notre Dame representa un hito en la historia de Francia y del mundo, simbolizando la resiliencia y la determinación de reconstruir lo que parecía imposible. La catedral, con su rica historia y significado cultural, vuelve a brillar en el corazón de París, recordándonos que los sueños más audaces solo se hacen realidad con la voluntad y el compromiso de todos.