Durante las vacaciones, las familias buscan conectarse, relajarse y recargar energías, pero surge un desafío cuando los niños tienen receso escolar y los padres deben cumplir con sus obligaciones laborales. Este desajuste puede dificultar el equilibrio entre el descanso, las actividades organizadas y la libertad que los niños necesitan. En este contexto, las colonias de verano se presentan como una solución práctica para muchas familias.
Las colonias de verano se convierten en una alternativa entretenida y práctica para mantener a los niños ocupados durante el receso escolar. Para algunos padres, estas colonias son la única opción viable debido a sus horarios laborales. El médico pediatra Fernando Burgos, presidente de la Subcomisión de Medios de Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría, destaca la importancia de las actividades al aire libre para el desarrollo físico, creativo y social de los niños.
Sin embargo, Burgos advierte que asistir a programas de verano puede generar ansiedad en los niños, especialmente si llegan a estas actividades con poca energía después de un año escolar exigente. Además, los costos asociados a estas colonias pueden representar una carga significativa para muchas familias.
Desde una perspectiva psicológica, la licenciada en Psicología Lorena Ruda sugiere abordar las colonias de verano como una extensión de la escuela y no obligar a los niños a asistir todos los días. Por otro lado, la médica especialista en adolescentes Evangelina Cueto destaca que las colonias pueden simplificar la logística familiar y crear un espacio de bienestar para padres e hijos.
Durante las vacaciones, es fundamental priorizar el descanso y la desconexión. Ruda y Cueto enfatizan la importancia de permitir que los niños se aburran, ya que esto estimula su autonomía y creatividad. Establecer límites en el uso de pantallas y fomentar actividades familiares como juegos de mesa o cocinar juntos pueden fortalecer la conexión familiar.
En resumen, es esencial que las familias se reconecten durante las vacaciones, priorizando el disfrute genuino y evitando la sobreexigencia y el estrés. Este período de descanso no solo es beneficioso para los niños, sino también para fortalecer los lazos familiares y recargar energías para el regreso a la rutina escolar.