En el año 2024, María Corina Machado se enfrentó a la inhabilitación impuesta por la justicia chavista para competir contra Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de Venezuela. A pesar de este revés, Machado eligió a un sucesor, que también fue proscrito, y luego a un tercer candidato, Edmundo González Urrutia, quien compitió en los comicios del 28 de julio. A pesar de la declaración de victoria de Maduro, la oposición y gran parte de la comunidad internacional denunciaron un fraude. Machado presentó un conteo propio basado en actas de mesas recolectadas por voluntarios, que mostraba una victoria abrumadora para González. Ante la represión del chavismo y las protestas, Machado se vio obligada a esconderse en agosto y González se asiló en España en septiembre.
El 10 de enero marca el inicio del nuevo período presidencial en Venezuela, y Machado confía en que González asuma la presidencia con el apoyo de la región. En una entrevista por videoconferencia para el Grupo de Diarios América (GDA), Machado expresó su esperanza en la ayuda de América Latina para garantizar la democracia en Venezuela.
Machado advierte sobre posibles escenarios de violencia si Maduro se mantiene en el poder, pero destaca la debilidad y el aislamiento del líder chavista. Con el reconocimiento de González como presidente electo por parte del gobierno saliente de Joe Biden en Estados Unidos, la presión sobre Maduro se espera que aumente con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. La designación del senador cubano-estadounidense Marco Rubio como secretario de Estado por parte de Trump es vista como una señal al régimen venezolano.
La migración masiva de venezolanos, que ya alcanza los 8 millones de personas, es motivo de preocupación para Machado, quien advierte que esta cifra podría aumentar significativamente si no se logra un cambio político en el país. Además, Machado señala a Venezuela como un centro de operaciones criminales en América, con redes dedicadas al narcotráfico, contrabando de oro, lavado de dinero y explotación infantil. La dirigente opositora destaca la importancia de estabilizar a Venezuela para prevenir una crisis migratoria aún mayor.
Machado considera que la salida de Maduro del poder traerá beneficios tanto para los venezolanos como para la comunidad internacional, al transformar al país de un centro criminal a un actor energético en la región. La dirigente confía en un cambio político en Venezuela y en la caída del régimen chavista antes del 10 de enero, fecha clave para el futuro del país.