Carlos Julio Rojas, destacado defensor de derechos humanos y directivo del Colegio Nacional de Periodistas (CNP) seccional Caracas, ha alcanzado un triste récord este sábado al cumplir 250 días en prisión sin acceso a la defensa legal, en un estado de incomunicación y con un deterioro evidente de su salud.
La esposa de Rojas, Francy Fernández, denunció que no se le ha permitido realizar llamadas telefónicas, a pesar de que este derecho le asiste. Esta restricción ha impedido que Carlos Julio se comunique con su familia, generando un aislamiento aún mayor en su situación.
Durante estos 250 días, la esposa de Rojas ha experimentado la angustia de ver suspendidas las visitas a su esposo, así como el surgimiento de problemas de salud que podrían estar relacionados con su detención, como dolores en la columna vertebral y piernas. A pesar de sus peticiones, las autoridades no han permitido que sea examinado por su médico de confianza.
La falta de acceso a su abogado de confianza ha llevado a Rojas a depender de la defensa pública, con condiciones de reclusión que han sido calificadas como inhumanas. Además, se ha reportado que estuvo privado de tomar sol durante dos semanas, empeorando su situación física y emocional.
Rojas fue arrestado el 15 de abril de 2024 cerca de su residencia en la Candelaria y se le imputaron varios cargos graves, como asociación e instigación para delinquir, terrorismo, conspiración y magnicidio en grado de tentativa. Su esposa considera injusta e inexplicable su prolongada detención, afirmando que es un profesional, periodista y defensor de derechos humanos que no ha cometido ningún delito.
En solidaridad con Rojas, Francy Fernández se ha sumado a la campaña “Por una Navidad sin Presos Políticos”, instando a la liberación de todas las personas detenidas por motivos políticos. Por su parte, el periodista agradeció a Amnistía Internacional y a la ONU por su intervención en favor de su liberación.
Organizaciones como Amnistía Internacional han denunciado la detención arbitraria de Rojas y otros defensores de derechos humanos en Venezuela, resaltando que son inocentes y que su único delito es defender los derechos fundamentales de la población. La presión internacional sigue en aumento para lograr la libertad de estos presos políticos.
En medio de esta difícil situación, la familia y colegas de Carlos Julio Rojas continúan exigiendo justicia y respeto por sus derechos humanos, en un caso que ha puesto de manifiesto las vulneraciones a la libertad de expresión y al ejercicio de la defensa de los derechos en Venezuela.