Los Tiburones de La Guaira, equipo campeón de la LVBP en la temporada anterior después de 37 años, han sufrido una dura eliminación en la ronda regular. Mantener una plantilla exitosa en el béisbol moderno es un desafío complejo, especialmente con la constante rotación de jugadores, incluyendo importados, lo que no garantiza que su desempeño sea igual al de la campaña anterior.
El equipo tuvo un inicio prometedor con un récord de 12-5 en octubre, generando expectativas de un posible bicampeonato que no logran desde 1984 y 1985. Sin embargo, diferencias públicas entre la gerencia y el cuerpo técnico afectaron negativamente al equipo, llevándolos a una situación insostenible.
Las ausencias de jugadores clave como Maikel García, Ronald Acuña y Yasiel Puig, sumadas a lesiones tempranas de Franklin Barreto, afectaron el desempeño de los Tiburones. La salida de figuras importantes como Leonardo Reginato, Danry Vásquez y Lorenzo Cedrola también impactó en el equipo, dejando solo a Wilson García y Alcides Escobar como referentes ofensivos del campeonato anterior.
A pesar de sumar jugadores como Yangervis Solarte y Luis Matos, y contar con el aporte de Gabriel Arias, la producción colectiva del equipo no cumplió con las expectativas. La importación no logró encontrar un jugador que igualara el impacto de Yasiel Puig en la temporada anterior, y el rendimiento del equipo en general disminuyó significativamente.
El pitcheo tampoco estuvo a la altura, con una efectividad colectiva de 5.72, solo superada por Caribes y Leones. La temporada de los Tiburones estuvo marcada por la falta de cohesión y rendimiento, lo que resultó en una eliminación temprana y la necesidad de una reestructuración total para la próxima temporada. Es momento de reflexionar y comenzar de nuevo en busca del éxito perdido.