El mediático juicio por difamación entre Johnny Depp y Amber Heard, que tuvo lugar en 2022, acaparó la atención de los medios a nivel mundial. Este caso giró en torno a una demanda presentada por Depp contra su exesposa, a raíz de un artículo de opinión publicado en The Washington Post. Dicho artículo reveló detalles íntimos de la relación de la pareja, desatando intensos debates sobre la violencia doméstica y el funcionamiento del sistema judicial.
Recientemente, dos de los abogados de Depp, Benjamin Chew y Jessica Meyers, brindaron nuevas perspectivas sobre la estrategia legal y los desafíos que enfrentaron durante un programa especial de A&E titulado “Interrogation Raw: Celebrity Under Oath”.
Una de las revelaciones más destacadas fue el temor principal del equipo legal de Depp: que el actor pudiera perder el control y mostrar enojo durante su testimonio, lo cual podría haber afectado su credibilidad ante el jurado. A pesar de esta preocupación, el equipo legal se enfocó en humanizar a Depp y utilizar su carisma para contrarrestar las acusaciones, estrategia que resultó clave para el veredicto favorable que obtuvieron.
Durante el juicio, se destacó el uso del humor por parte de Depp mientras declaraba en el estrado, lo cual no solo alivió la tensión del proceso, sino que también debilitó los argumentos de Heard. Sin embargo, esta estrategia requería un equilibrio delicado, especialmente durante el contrainterrogatorio dirigido por el abogado de Heard, Ben Rottenborn.
Al conocerse el fallo a favor de Depp, el actor expresó alivio y felicidad, mientras que Heard calificó el veredicto como “descorazonador”, argumentando que había sido influenciado por el “poder desproporcionado” de su exesposo. El caso generó una amplia cobertura en redes sociales, con la abogada de Heard, Elaine Charlson Bredehoft, siendo criticada por su manejo del caso y advirtiendo sobre los riesgos de la exposición mediática en juicios de agresiones sexuales.
En definitiva, el caso Depp-Heard sigue siendo un ejemplo destacado de cómo los medios de comunicación pueden influir en los procesos legales, generando críticas y cuestionamientos, así como alimentando el debate público sobre temas sensibles como la violencia doméstica.