La serie “El juego del calamar” ha logrado un éxito sin precedentes a nivel mundial, convirtiéndose en la producción original más vista en la historia de Netflix. En sus primeros 28 días, alcanzó a 142 millones de usuarios en todo el mundo, superando a Bridgerton, que obtuvo 82 millones de visualizaciones en el mismo periodo. Con la llegada de la segunda temporada, las expectativas del público están en su punto más alto para descubrir el desenlace de esta intrigante historia.
Inicialmente, Netflix consideró varios nombres para la serie, como “Round Six” y “Squid Game: Play To Die” (El calamar: juega a morir), antes de decidirse por el título definitivo de “El juego del calamar”.
La serie fue filmada en la ciudad de Daejeon, a una hora de Seúl, la capital de Corea del Sur, lo que permitió mantener un presupuesto reducido. Según informes no confirmados, Netflix habría invertido alrededor de 18.3 millones de euros (equivalente a 19 millones de dólares) en la realización de la serie.
Uno de los aspectos más destacados de la producción fue la decisión de utilizar sets reales en lugar de tecnología CGI, lo que contribuyó a un efecto más realista en pantalla. La participación de 400 extras en la primera toma, conocida como “la llamada verde”, fue crucial para perfeccionar la escena.
Durante la filmación, algunos actores experimentaron problemas de salud relacionados con los uniformes, lo que puso a prueba la dedicación del elenco y el equipo de producción. A pesar de los desafíos, el resultado en pantalla fue impactante y cautivador para la audiencia.
La serie reveló desde el inicio los desafíos que enfrentarían los jugadores, creando una atmósfera de suspenso y tensión que atrapó a los espectadores desde el primer momento.
El diseño de escenarios y la ambientación de los dormitorios estuvieron inspirados en obras de arte surrealista, creando una estética visual única que contribuyó a la atmósfera inquietante de la serie.
La vida personal de algunos actores influyó en sus interpretaciones, añadiendo capas de complejidad a los personajes y enriqueciendo la narrativa de la serie.
“El juego del calamar” no solo ha sido un fenómeno de audiencia, sino también una experiencia enriquecedora para sus actores y creadores, quienes han dejado su huella en la historia de la televisión. El guionista comparó a los trabajadores con “hormigas” en una metáfora que ha generado controversia en redes sociales. Sus declaraciones han desatado una ola de críticas y debates sobre la percepción de los obreros en la sociedad actual.
Estas polémicas palabras han causado revuelo entre los internautas, quienes han expresado su descontento ante la comparación despectiva realizada por el guionista. Muchos consideran que este tipo de afirmaciones reflejan una visión discriminatoria y deshumanizadora de los trabajadores, que merecen respeto y reconocimiento por su labor diaria.
La metáfora utilizada por el guionista ha sido interpretada como una muestra de elitismo y desprecio hacia los obreros, lo cual ha generado un intenso debate en las redes sociales. Muchos usuarios han manifestado su rechazo a este tipo de actitudes y han instado a reflexionar sobre la importancia de valorar el trabajo de todos los individuos, independientemente de su ocupación.
Ante la controversia generada por sus declaraciones, el guionista ha optado por no hacer comentarios adicionales al respecto. Sin embargo, la polémica sigue vigente en las redes sociales, donde se sigue debatiendo sobre la necesidad de respetar y valorar el trabajo de todos los individuos, sin importar su posición en la jerarquía laboral.