Un estudio realizado por Cadem y la Asociación Pro Consumo Responsable de Bebidas Espirituosas (Alcohólicas) ha revelado datos preocupantes sobre el consumo de alcohol entre los chilenos durante la temporada de verano. Según este análisis, 1 de cada 10 encuestados está dispuesto a conducir bajo los efectos del alcohol después de participar en actividades veraniegas.
Además, el 7% de los consultados admitió que es “algo probable” o “muy probable” que maneje ebrio tras sus encuentros estivales. Esta cifra es alarmante, especialmente considerando que el 70% de los encuestados indica que probablemente participará en actividades que involucren el consumo de alcohol, siendo más notable entre los jóvenes de 18 a 34 años.
A pesar de estas cifras preocupantes, el compromiso con la seguridad vial parece estar presente, ya que un 93% de los encuestados asegura que es poco o nada probable que conduzcan después de haber consumido bebidas alcohólicas.
En relación a la fiscalización, se ha observado una tendencia de relajación en los controles en los últimos años. Los conductores perciben que es poco probable ser controlados si han bebido durante estas fechas. La percepción de un eventual control vehicular ha disminuido en 10 puntos porcentuales en un periodo de dos años.
El presidente de Aprocor, Juan Pablo Solís de Ovando, comentó que: “si bien la mayoría de los chilenos manifiesta responsabilidad al beber alcohol, siempre están los porfiados – como es el caso de ese 7% – que se encuentran dispuestos a jugar con su vida y con la de los demás”. Solís de Ovando añadió: “por ello, el llamado es a avanzar como sociedad en implementar medidas efectivas de control, tanto a nivel familiar, empresa y fiscalización pública. La responsabilidad debe ser compartida”.
En cuanto a la prevención del consumo de alcohol en niños, niñas y adolescentes, el 64% de los chilenos considera que las medidas de fiscalización para prevenir el consumo de alcohol en menores se relajan durante el periodo estival. Para contrarrestar esta tendencia, los encuestados sugieren que la conversación familiar es la principal medida para prevenir que los jóvenes consuman alcohol durante el verano, con un 44,6% de apoyo. La segunda opción más mencionada es verificar si los jóvenes han bebido al momento de llegar a casa y aplicar un castigo si es que lo han hecho, opción que ha crecido respecto al estudio anterior, pasando del 8,8% al 17,2%.