La Contraloría General de la República emitió un informe detallando las deficiencias en la gestión de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) durante los devastadores incendios forestales que afectaron a Valparaíso, Viña del Mar y Quilpué en febrero de 2024. Estos incendios dejaron un saldo trágico de 137 fallecidos y más de 16 mil damnificados.
Según el informe, la Conaf no proporcionó los modelamientos de progresión del fuego necesarios para que el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) pudiera emitir alertas oportunas a la población afectada. Aunque la Conaf utilizó herramientas de proyección, estas no fueron específicas para las áreas en riesgo, lo que resultó en una respuesta inadecuada.
En un estudio realizado por la corporación se estimó una expansión del fuego de 323 hectáreas por hora, sin embargo, la afectación real alcanzó un promedio de 2.338 hectáreas por hora, revelando graves inconsistencias en los pronósticos y proyecciones realizadas.
Además, el informe identificó fallas en los sistemas de comunicación, tanto en telefonía fija y móvil, radiocomunicaciones VHF, y comunicaciones satelitales, durante los días críticos del 2 y 3 de febrero de 2024. Estas deficiencias obstaculizaron la coordinación con los organismos del Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Sinapred).
La Contraloría concluyó que la Conaf no llevó a cabo pruebas previas para evaluar la efectividad de los sistemas de comunicación ni implementó medidas preventivas para evitar interrupciones durante situaciones de emergencia.
El informe también puso en tela de juicio la gestión de las horas extras de los directivos y brigadistas durante la emergencia, exigiendo que la Conaf presente un plan de contingencia para asegurar la continuidad de las comunicaciones en futuros incendios forestales.