Las autoridades surcoreanas lograron acceder a la residencia presidencial el miércoles para ejecutar la orden de arresto contra el presidente Yoon Suk-yeol, a pesar de los intentos de bloqueo por parte del servicio de seguridad presidencial.
Un convoy compuesto por funcionarios de la oficina anticorrupción y la policía surcoreana logró ingresar al recinto pasadas las 8:00 horas locales, luego de superar varias líneas de barricadas instaladas por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS) que intentaba impedir el acceso.
En las cercanías de la residencia presidencial se congregaron alrededor de 6.500 partidarios de Yoon, mientras que una treintena de parlamentarios del Partido del Poder Popular (PPP) protestaron contra la orden de arresto. Durante los eventos, el jefe de las fuerzas de protección del mandatario, Kim Sung-hoo, fue detenido por obstaculizar la ejecución de la orden de arresto.
El Tribunal del Distrito Occidental de Seúl emitió la orden de arresto contra Yoon, acusado de planear la fallida declaración de ley marcial del 3 de diciembre, orquestar una insurrección y abusar de su poder. A pesar de la inmunidad presidencial ante procesos penales, no se extiende a los cargos de insurrección o traición.
La destitución de Yoon Suk-yeol marca un hito en la historia democrática de Corea del Sur al ser la primera vez que un presidente en funciones enfrenta la posibilidad de ser detenido. Fue destituido el 14 de diciembre por la Asamblea Nacional, despojándolo temporalmente de sus funciones hasta que el Tribunal Constitucional decida en junio si restituye sus competencias o lo inhabilita de manera definitiva. La solicitud de destitución alega que Yoon lideró una insurrección y abusó de su cargo al declarar el estado de excepción el 3 de diciembre y ordenar al ejército impedir a los diputados votar en contra.