En un nuevo suceso lamentable, este martes se reportó el asesinato de un firmante de paz en las calles de Teorama, un pueblo ubicado en la región del Catatumbo, al noreste de Colombia. Este crimen se suma a una serie de ataques contra excombatientes de las FARC por parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El fallecido, identificado como Pedro Nel Angarita Ascanio, era vicepresidente de la Corporación Reincorpaz y un exfuncionario de la Alcaldía de Teorama. El presidente del partido Comunes, integrado por miembros desmovilizados de las FARC, Rodrigo Londoño, calificó el homicidio como “otro crimen demencial y atroz”.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran a Angarita recolectando basura en un camión, antes de ser encontrado sin vida en el barrio San Antonio. Desde el inicio de los enfrentamientos entre el ELN y una facción disidente de las FARC en el Catatumbo la semana pasada, más de 80 personas han perdido la vida, incluyendo cinco firmantes de paz, con otros dos fallecidos confirmados.
Londoño, conocido en su etapa como guerrillero como ‘Timochenko’, ha expresado su preocupación por la situación en el Catatumbo, describiéndola como la más crítica que han enfrentado en el proceso de implementación de los acuerdos de paz. Ha solicitado acciones decisivas y sostenidas por parte del Gobierno para proteger a líderes sociales y firmantes de paz en la región.
El ELN ha justificado sus acciones argumentando que los firmantes asesinados eran en realidad miembros activos de las disidencias de las FARC, con quienes mantienen un conflicto por el control territorial en el Catatumbo. Según la guerrilla, estos individuos actuaban de manera ambigua al participar en la JEP para obtener beneficios jurídicos, mientras también formaban parte de la estructura de las disidencias.
La situación en las áreas rurales del Catatumbo sigue siendo incierta tras el inicio de la ofensiva del ELN contra una disidencia de las FARC la semana pasada. Esta confrontación ha desencadenado desplazamientos masivos, con cerca de 20.000 personas moviéndose hacia ciudades como Cúcuta, Ocaña y Tibú en busca de seguridad.
La violencia en la región del Catatumbo sigue siendo motivo de preocupación, con un aumento en el número de ataques contra excombatientes de las FARC. La comunidad internacional ha instado a las autoridades colombianas a tomar medidas contundentes para proteger a los firmantes de paz y garantizar la estabilidad en la región.