La pobreza multidimensional en Venezuela ha superado el 50% de la población, según el Informe Mundial 2025 de Human Rights Watch. Más de 14,2 millones de personas en el país presentan necesidades críticas en diferentes áreas de la vida cotidiana, mientras que 5,1 millones sufren de inseguridad alimentaria. Además, más de 20 millones de venezolanos viven en condiciones de pobreza extrema, con acceso limitado a bienes y servicios esenciales debido a la precariedad económica.
El relator especial de la ONU ha señalado que las sanciones económicas y la instrumentalización política de programas estatales de entrega de medicamentos obstaculizan el respeto al derecho a la alimentación en Venezuela. La crisis humanitaria actual obliga a muchos ciudadanos a adoptar estrategias de sobrevivencia extremas, como ajustar sus gastos diarios, aumentar la carga de trabajo, saltarse comidas, intercambiar sexo por alimentos o migrar.
Según una encuesta realizada en agosto de 2024 por Meganalisis, el 43,2% de los venezolanos considera la posibilidad de migrar, especialmente debido a la creciente inseguridad en el contexto electoral y poselectoral. Durante el año 2024, más de 19,000 venezolanos cruzaron el Tapón del Darién, una selva en la frontera entre Colombia y Panamá, en busca de mejores condiciones de vida.
La combinación de restricciones migratorias, políticas de regularización y la crisis humanitaria ha llevado a un aumento en el número de personas que optan por rutas peligrosas para migrar. La situación en Venezuela sigue siendo preocupante, con una gran parte de la población enfrentando condiciones precarias y buscando alternativas fuera del país para mejorar su calidad de vida.