El Congreso de Chile ha aprobado una reforma estructural al sistema previsional que promete cambiar la forma en que los ciudadanos accederán a sus pensiones. La nueva ley introduce un modelo mixto que combina la capitalización individual con un seguro social, además de aumentar la cotización y fortalecer la Pensión Garantizada Universal (PGU).
Entre los principales cambios del nuevo sistema previsional se destaca el aumento de la cotización previsional, que subirá gradualmente del 10% actual al 17%, con un aporte del 8.5% a cargo de los empleadores, implementado en un plazo de nueve años. Este incremento tiene como objetivo mejorar las pensiones futuras.
Además, se crea un sistema mixto que combina cuentas individuales con un fondo de Seguro Social, beneficiando especialmente a aquellos que tienen menores ahorros o interrupciones en sus cotizaciones, como las mujeres y los trabajadores informales. También se realizan cambios en la administración de fondos de pensiones, con la creación de Fondos Generacionales y la entrada de nuevas entidades administradoras para fomentar la competencia.
La reforma también fortalece la Pensión Garantizada Universal (PGU) con un aumento en el monto y financiamiento fiscal, lo que permitirá mejorar las pensiones mínimas garantizadas, especialmente para adultos mayores en situación de vulnerabilidad. Se incorporan medidas para reducir la brecha de género, equiparando las pensiones entre hombres y mujeres.
El Gobierno ha señalado que la implementación de estos cambios será progresiva y que busca garantizar pensiones más dignas para las futuras generaciones. La Administración Federal de Pensiones y la Superintendencia de Pensiones supervisarán el proceso de transición.
Con esta reforma, Chile da un paso clave en la modernización de su sistema previsional, respondiendo a una de las principales demandas sociales de los últimos años.