El Museo Thyssen-Bornemisza ha manifestado su oposición a la solicitud reciente de dos entidades judías en España que han pedido al Tribunal Supremo de Estados Unidos la restitución de un cuadro del renombrado impresionista Camille Pissarro, actualmente en posesión de la pinacoteca madrileña. En una rueda de prensa, el director gerente del museo, Evelio Acevedo, declaró: “Respetuosamente, no entendemos una nueva petición para revisar lo mismo que ha sido planteado ante numerosas instancias; no tiene justificación alguna, esa es nuestra postura”.
Acevedo enfatizó que la obra ha sido validada en diversas ocasiones por distintas instancias judiciales a favor del Thyssen en su disputa con los herederos de Lilly Neubauer, quien se vio obligada a vender la pintura en 1939 a cambio de un pasaporte. “Tras un juicio completo, justo y fundamentado en los méritos, la sentencia favorable a esta institución fue ratificada y confirmada”, argumentó Acevedo, aunque se decidió apelar a Estados Unidos.
La Comunidad Judía de Madrid y la Federación de Comunidades Judías presentaron un escrito en apoyo a David Cassirer, nieto de Lilly, ante el tribunal en Estados Unidos. Se recordó que a finales de los años 50, el Gobierno alemán indemnizó a los herederos de Lilly por el valor de la pintura, y sus abogados habían solicitado la restitución del cuadro que fue expoliado en Rue Saint-Honoré.
La obra, pintada por Camille Pissarro en 1897, ha sido objeto de una prolongada batalla legal. Originalmente pertenecía a una ciudadana judía alemana y fue vendida bajo coacción a un marchante nazi para obtener un visado que le permitiera huir de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial. Desde 1993, la pintura forma parte de la colección permanente del museo en Madrid.
En 2005, Claude Lilly, un descendiente de Lilly, inició acciones legales para recuperar la pintura, alegando que había sido expoliada por los nazis. Después de varios litigios, en enero de 2024, un tribunal federal de apelaciones en California dictaminó que la pintura pertenece legítimamente al Thyssen, basándose en la ley española. Sin embargo, en septiembre, el gobernador Gavin Newsom promulgó una ley que facilita a las víctimas y sus descendientes la recuperación de obras de arte robadas, renovando las esperanzas en la lucha por la restitución de la pintura.
Durante el invierno de 1897 a 1898, Camille Pissarro creó una serie de quince pinturas desde la ventana de su hotel en Place du Théâtre Français, en París. Estas piezas son destacadas en su colección y marcan un giro en la carrera del pintor impresionista, que tradicionalmente había estado asociado con paisajes rurales. Inspirado por el entorno modernizado de París, Pissarro representó la rue avenue l’Opéra, componiendo escenas donde la geometría y el juego de luces se convirtieron en protagonistas.
La obra muestra una calle a primera hora de la tarde, donde carruajes y transeúntes de diferentes clases sociales conservan su individualidad dentro de la composición. La humedad del pavimento y los paraguas abiertos de algunos peatones refuerzan la atmósfera de la escena. Pissarro exploró distintas iluminaciones en otras variaciones, demostrando su interés por los cambios atmosféricos y su impacto en la percepción urbana.