La alimentación de mascotas, en particular de perros y gatos, ha experimentado un notable aumento en interés en los últimos tiempos, con una clara inclinación hacia las dietas naturales como la carne cruda. No obstante, es fundamental tener en cuenta los riesgos asociados a este tipo de alimentación.
La dieta BARF, acrónimo en inglés de Biologically Appropriate Raw Food (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), ha ido ganando popularidad entre los propietarios de mascotas. Esta dieta se basa en la premisa de que tanto los perros como los gatos son carnívoros y, por lo tanto, deben ser alimentados con una dieta rica en proteínas y lípidos, que incluye huesos, carne, vísceras, huevos y productos lácteos, complementados con frutas y vegetales.
El médico veterinario David Rodríguez, especialista en Nutrición y Gastroenterología y portavoz del Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet), ha destacado que si bien los defensores de la dieta BARF argumentan que puede mejorar la salud de las mascotas en aspectos como el pelaje, la piel y la digestión, estos beneficios no han sido respaldados científicamente.
Rodríguez subraya la importancia de realizar exámenes físicos anuales y análisis de salud en mascotas que siguen dietas caseras o BARF, ya que las enfermedades relacionadas con la nutrición pueden simular otras condiciones crónicas. Además, advierte que el consejo de evitar la alimentación cruda emitido por diversas organizaciones profesionales cobra especial relevancia en hogares con individuos vulnerables a enfermedades infecciosas.
Uno de los principales riesgos asociados a la alimentación de perros y gatos con carne cruda es la exposición a bacterias y patógenos que pueden afectar tanto a las mascotas como a sus dueños. Entre los patógenos mencionados se encuentran Neosporum caninum, Toxoplasma gondii, Taenia hydatigena, Giardia y Escherichia coli. Rodríguez también destaca casos en Europa de gatos contaminados con Mycobacterium bovis, causante de tuberculosis, y un estudio en Nueva Zelanda que reveló que un 22% de los alimentos crudos para mascotas relacionados con pollo estaban contaminados.
Es esencial contar con la orientación de profesionales veterinarios para asegurar una dieta adecuada y saludable para las mascotas, ya que la falta de datos de alta calidad sobre los riesgos y beneficios de las dietas BARF es un problema significativo. La información disponible a menudo proviene de estudios de baja calidad, y no se han realizado evaluaciones sobre los efectos a largo plazo de estas dietas.
En conclusión, si bien los lobos consumen carne cruda en su hábitat natural, esto no significa que los perros domésticos deban hacerlo, ya que pueden enfrentar riesgos de salud significativos. Por lo tanto, es crucial que los propietarios de mascotas se asesoren adecuadamente sobre la alimentación de sus animales para garantizar una dieta equilibrada y segura.