La inestabilidad política y social que atraviesa Venezuela tras las elecciones presidenciales del 28 de julio continúa generando preocupación en la región del Caribe.
Según el plan anual presentado por el ministro de Defensa de los Países Bajos, Ruben Brekelmans, ante el Parlamento neerlandés, la situación en el país sudamericano representa un factor de imprevisibilidad que afecta directamente a los territorios caribeños del Reino de los Países Bajos: Aruba, Curazao y Bonaire.
El documento, de 45 páginas, detalla que la prolongada crisis venezolana, caracterizada por problemas políticos, sociales, económicos y financieros, no ha mostrado señales de mejora tras los comicios presidenciales.
La falta de pruebas que respalden la reelección de Nicolás Maduro, declarada por el Poder Electoral sin actas verificables, ha llevado al Reino de los Países Bajos a no reconocer los resultados.
En este contexto, el informe destaca que la ausencia de una democracia funcional y de un Estado de Derecho en Venezuela exacerba su condición como un factor desestabilizador en la región.
Efectos en los territorios caribeños
El impacto de la crisis venezolana se refleja en tensiones diplomáticas y en desafíos para la seguridad regional.
En enero, el ministro Brekelmans visitó Aruba, donde sostuvo una reunión con la primera ministra Evelyn Wever-Croes.
Durante el encuentro, discutieron las tensiones en las relaciones con el gobierno de Maduro, que recientemente llevaron a la reducción del personal en la delegación diplomática neerlandesa en Caracas. Brekelmans aseguró a la mandataria arubeña que la situación está siendo monitoreada de cerca para garantizar que Aruba esté preparada ante cualquier eventualidad.
Además de las tensiones políticas, los Guardacostas del Caribe han señalado que la inestabilidad venezolana ha propiciado el desplazamiento de grupos criminales hacia el exterior.
Estas organizaciones están involucradas en actividades ilícitas como el tráfico de drogas, armas y personas. Según el informe, el mercado mundial de drogas ilícitas está en expansión debido al aumento tanto de la oferta como de la demanda, lo que obliga a las redes criminales a utilizar tecnologías más avanzadas y estrategias más audaces.
Operaciones y capacidades del cuerpo de guardacostas
El Cuerpo de Guardacostas del Caribe tiene como misión principal garantizar la protección ante amenazas externas y realizar operaciones de búsqueda y salvamento (SAR) en las aguas que rodean Aruba, Curazao, Bonaire, Sint Maarten, San Eustaquio y Saba. Para cumplir con estas tareas, cuentan con un equipo compuesto por 20 embarcaciones especializadas, dos helicópteros, dos aeronaves Dash-8, drones y vehículos terrestres. Su personal operativo asciende a aproximadamente 240 efectivos.
El informe también resalta la importancia de mantener una “comunicación estratégica” para informar a la opinión pública y a actores políticos nacionales e internacionales sobre la situación en Venezuela y sus repercusiones. En este sentido, los guardacostas han establecido relaciones de trabajo con cuerpos similares en países afectados por la migración ilegal, incluidos Venezuela y Colombia, así como naciones africanas que también son puntos de origen de flujos migratorios hacia el Caribe.
Colaboración con Venezuela pese a las tensiones
A pesar de las dificultades políticas entre los gobiernos del Reino de los Países Bajos y Venezuela, el informe destaca que existe una relación funcional a nivel operativo. Como parte de esta colaboración, se firmó recientemente un memorándum de entendimiento con autoridades venezolanas para realizar operaciones conjuntas de búsqueda y salvamento. Este acuerdo refleja un esfuerzo por mantener canales de cooperación en áreas críticas como la seguridad marítima.
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