El Ministro de Defensa de Colombia, Iván Velásquez, presentó su renuncia de manera irrevocable en medio de una reorganización ministerial impulsada por el presidente Gustavo Petro. Esta decisión se produce luego de tensiones internas en el gobierno que quedaron al descubierto durante una reunión televisada.
La dimisión de Velásquez fue comunicada a través de un breve comunicado de prensa emitido por el Ministerio de Defensa en Twitter, sin detallar las razones de su renuncia. Velásquez era el único ministro que se había mantenido en su cargo desde que Petro asumió la presidencia en agosto de 2022, resistiendo varios remezones ministeriales y teniendo a su cargo la política de seguridad en un país donde persisten los grupos armados ilegales.
Con una amplia trayectoria en la investigación de corrupción y estructuras criminales, Velásquez presidió la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala. Petro le encomendó depurar las fuerzas militares de corrupción, convirtiéndolo en un defensor del derecho internacional humanitario y un pilar en su gobierno.
La renuncia de Velásquez se suma a la de dos ministras más del proyecto político progresista de Petro: Susana Muhamad, Ministra de Ambiente, y Gloria Ramírez, Ministra de Trabajo del partido Comunista. Otras renuncias protocolarias se han dado en el Ministerio del Interior, Justicia, Educación y Agricultura.
Estas dimisiones representan un golpe político y de representatividad para organizaciones no gubernamentales y el sector de izquierda. Muhamad y Ramírez expresaron su inconformidad con el rumbo del gobierno en sus cartas de renuncia. La tensión en el gobierno de Petro se da en un momento crucial, cuando busca dejar un legado que permita a la izquierda continuar en el poder y lograr la aprobación de sus reformas sociales en un Congreso esquivo.
En medio de este escenario, el presidente Petro enfrenta un desafío para lograr que sus ambiciosas reformas sociales al sistema de salud y de trabajo sean aprobadas. La salida de importantes figuras de su gobierno, como Velásquez, representa un reto para mantener la estabilidad y la continuidad de su proyecto político.