Los aranceles anunciados por el presidente Donald Trump sobre las importaciones de acero podrían tener consecuencias devastadoras en la industria automotriz de Estados Unidos, según líderes del sector. Estas medidas forman parte de la agresiva estrategia comercial global de la administración Trump, pero podrían tener un efecto contrario al deseado.
A partir del 12 de marzo, todas las importaciones de acero estarán sujetas a un arancel mínimo del 25%, como resultado de dos órdenes ejecutivas firmadas por Trump. Este gravamen también se aplicará al aluminio. Esta decisión podría impactar significativamente a empresas automotrices como Ford, GM y Stellantis, lo que podría resultar en un encarecimiento de los vehículos fabricados por estas compañías para los consumidores estadounidenses.
Expertos señalan que los aranceles sobre productos cruciales provenientes del extranjero podrían poner en aprietos el suministro nacional de materiales. Esta medida podría incrementar los costos debido a las reglas básicas de la oferta y la demanda.
Sam Fiorani, analista de AutoForecast Solutions, advierte que los productores de acero tendrán que buscar formas de aumentar la capacidad, lo que podría resultar en una escasez temporal de aluminio y acero. Esto, a su vez, podría elevar los precios de los vehículos, que ya tienen un costo elevado.
El precio promedio de un vehículo nuevo en Estados Unidos en enero fue de 48,641 dólares, según Kelley Blue Book, lo que representa una inversión considerable para los consumidores. Fiorani afirma que aranceles como estos no contribuyen directamente a mejorar la industria automotriz.
El CEO de Ford, Jim Farley, ya enfrenta desafíos debido a las primeras medidas tomadas por Trump, que incluyen aranceles sobre bienes de México y Canadá. Estas decisiones también podrían afectar la política de vehículos eléctricos impulsada por la administración Biden, así como la infraestructura de carga y las normas de emisiones y rendimiento de combustible para los vehículos.
A pesar de que la mayoría del acero y aluminio utilizados por los fabricantes de automóviles proviene de América del Norte, Farley reconoce que los proveedores también recurren a fuentes internacionales. Esto podría resultar en un aumento especulativo de los precios en el mercado debido a los aranceles.
La incertidumbre generada por estos aranceles preocupa a la industria automotriz, ya que podría afectar tanto a los productores como a los consumidores. Los fabricantes de vehículos se enfrentan a la dificultad de cambiar rápidamente sus cadenas de suministro y ubicaciones de fabricación.
Trump ya impuso aranceles sobre el acero y el aluminio en 2018 durante su primer mandato, lo que obligó a los fabricantes de automóviles a revisar sus proyecciones financieras. Expertos como Fiorani advierten que estas medidas pueden ralentizar el progreso y aumentar los costos en industrias como la automotriz.
En resumen, los aranceles sobre el acero podrían tener un impacto significativo en la industria automotriz estadounidense, tanto para los fabricantes como para los consumidores. La incertidumbre generada por estas medidas podría afectar el crecimiento y la competitividad del sector en el país.