El “sueño americano” de dos jóvenes zulianos se convirtió en una pesadilla al ser apresados y enviados al Centro de Detención de Guantánamo, en Cuba, después de lograr entrar a Texas. La prisión militar de máxima seguridad fue destinada por el presidente Donald Trump para migrantes acusados de pertenecer al Tren de Aragua o cometer delitos graves en EE. UU.
Jhoan Bastidas, de 25 años, migró con su madre a Colombia a los 16 años y luego decidió aventurarse a buscar calidad de vida en Estados Unidos. Después de ser detenido en la frontera de México y EE. UU., estaba bajo investigación por sus tatuajes, pero se esperaba su liberación.
Sin antecedentes penales, la madre de Jhoan asegura que agentes de migración lo relacionaron con el Tren de Aragua por sus tatuajes, y temía que fuera repatriado por las políticas de Trump. Finalmente, fue trasladado a Guantánamo, donde su madre lo reconoció en un video entre los reclusos.
Jesús Miguel Prado, otro joven zuliano detenido en la frontera de El Paso, también fue enviado a Guantánamo. Su madre, desesperada al verlo involucrado con el Tren de Aragua, sostiene que su único delito fue ingresar ilegalmente a EE. UU. y pide ayuda para demostrar su inocencia.
Además de Jhoan y Jesús Miguel, otros venezolanos como Yoiker David Sequera, Tilson Gómez y Luis Alberto Castillo defienden su inocencia y niegan estar relacionados con el Tren de Aragua. Sus familiares aseguran que las autoridades estadounidenses han cometido errores al identificarlos como criminales.