El camino de Gleyber Torres: de los Yankees a Detroit
Los sueños por lo general son utópicos, en el ejercicio de imaginar todo aquello que podría hacernos felices no contemplamos los baches, ni los escenarios que podrían hacer de esa experiencia soñada un trago amargo. Para un niño que sueña con ser pelotero profesional hay equipos mucho más atractivos que otros y camisetas que lucen como la joya de la corona. Pero saber si esa organización te hará realmente feliz es impredecible.
Jugar con el equipo de más renombre no te asegura el éxito, mucho menos el reconocimiento de esa afición que te hizo soñar con defender esa camiseta. Como prueba de ello está el paso del venezolano Gleyber Torres por los Yankees de New York.
El caraqueño que debutó en Grandes Ligas en 2018, como un pelotero muy bien conceptuado, jugó con los mulos siete campañas, pero parece que no fue la experiencia soñada que pudiese imaginarse cualquier joven prospecto. Siempre estuvo bajo la lupa y al final parece que no aprobó dicha evaluación. Estaba claro que al final de la campaña pasada iría a la agencia libre y, por supuesto, los mulos no hicieron ningún esfuerzo para retenerlo. Pero no solo eso, en declaraciones posteriores su gerente Brian Cashman señaló como un problema el hecho de que el jugador se negase a cambiar de posición.
La polémica con las posiciones defensivas
De sus 867 compromisos Gleyber ha disputado 615 en la segunda base. Entre 2019 y 2021 le pidieron moverse al campocorto y aceptó, coleccionando ahí 252 apariciones. Pero el ensayo no salió como esperaban y lo devolvieron a segunda. Posteriormente, surgió la posibilidad de jugar tercera, una de las posiciones más exigentes del cuadro, y el venezolano se negó. Quizás en un acto de humildad, reconociendo que no estaba en condiciones de estar en esa posición, pero para los mulos fue más bien un acto de rebeldía, que hasta el sol de hoy no le pasan por alto.
Renovación en Detroit
Pero ya eso no importa. Gleyber ahora está en Detroit, donde consiguió un contrato de un año por 15 millones de dólares y apuesta por mejorar defensiva y ofensivamente para volver a la agencia libre en 2026. Y, en honor a la verdad, se le ve distinto, no solo por la barba con la que apareció en el Spring Training, sino por su actitud y energía. Ha dado múltiples entrevistas en las que ha sido incisivo: “estoy donde me quieren”.
Y qué bien le ha caído sentirse de esa manera, respaldado y querido. Es un Gleyber diferente, mucho más relajado, cercano, lleno de confianza en sí mismo y en su capacidad de mejorar, consciente de que es caballo de mil batallas, no en vano ocupa el puesto 26 de juegos jugados (888) entre todos los jugadores que han visto acción en La Gran Carpa desde 2018. Está lleno de autoconfianza y comprometido con mostrar su mejor versión en esta, su octava contienda en el llamado mejor beisbol del mundo.
Gleyber Torres ha demostrado que a veces, cambiar de aires puede ser lo mejor para revitalizar una carrera, y en su caso, parece haber encontrado la motivación y el respaldo que necesitaba para brillar en el diamante. Su historia nos recuerda que los sueños pueden cambiar de color, pero lo importante es seguir luchando por alcanzarlos, sin importar los obstáculos que se presenten en el camino.