El reciente crimen en la localidad de Graneros, en la Región de O’Higgins, ha generado preocupación y cuestionamientos sobre el funcionamiento del teléfono de emergencias 133 de Carabineros en sectores rurales y aislados del país. Más de una hora transcurrió desde que Carolina Calleja llamó al 133 para denunciar que desconocidos les estaban disparando, hasta que los efectivos de Carabineros llegaron al domicilio del matrimonio integrado por Carolina y su esposo Rodrigo González.
En la desesperada llamada de Carolina, ella informó a la operadora de la Central de Comunicaciones de Carabineros (Cenco) que estaban siendo atacados en su domicilio en Nuevos Campos, en Graneros. A pesar de ello, la comunicación se cortó abruptamente después de una serie de disparos. Los efectivos de Carabineros iniciaron la búsqueda en la zona, lo que les tomó alrededor de 70 minutos ubicar la vivienda donde encontraron a la pareja sin vida a causa de los balazos recibidos.
Estos eventos han suscitado críticas sobre el funcionamiento del 133 en sectores rurales, destacando la necesidad de que los efectivos de Carabineros conozcan a fondo el territorio que les corresponde. El delegado presidencial de la Región de O’Higgins, Fabio López, señaló la importancia de una revisión de los procedimientos de Carabineros, especialmente en lo que respecta a la georreferenciación de las llamadas de emergencia. Lamentablemente, en nuestro país no se cuenta con la tecnología necesaria para ubicar la posición de un teléfono celular con solo el número de teléfono.
La falta de esta tecnología puede dificultar la respuesta rápida y efectiva de Carabineros ante situaciones de emergencia, especialmente en casos como el ocurrido en Graneros, donde la víctima no pudo proporcionar información detallada sobre su ubicación. En este sentido, se plantea la necesidad de implementar la georreferenciación automática de las llamadas de emergencia para facilitar la ubicación de las personas en peligro.
El capitán Daniel Medina, de Comunicaciones de Carabineros, destacó la importancia de que las víctimas de una emergencia proporcionen información precisa como la dirección, nombre de la calle, número, comuna y detalles sobre lo que está ocurriendo. Asimismo, resaltó la importancia de que los vecinos colaboren alertando a las autoridades en caso de presenciar situaciones de riesgo. Según datos de Carabineros, aproximadamente el 70% de las llamadas recibidas en el 133 corresponden a bromas o falsas alarmas, lo que puede afectar la eficacia del servicio en situaciones reales de emergencia.
En conclusión, el crimen en Graneros ha puesto en evidencia la importancia de mejorar el funcionamiento del 133 de Carabineros en sectores rurales y aislados, así como la necesidad de contar con tecnologías que faciliten la georreferenciación de las llamadas de emergencia. La colaboración de la comunidad y la capacitación de los efectivos policiales son fundamentales para garantizar una respuesta oportuna y eficaz ante situaciones de riesgo.
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