La vida de Jerce Egbunik Reyes Barrios, un zuliano de 36 años que decidió emigrar a Estados Unidos en 2024, cambió al instante por un simple pero decisivo detalle: un tatuaje con el escudo del Real Madrid, evidencia suficiente para que las autoridades migratorias lo consideraran miembro de la peligrosa banda delictiva trasnacional, Tren de Aragua.
Barrios es oriundo del sector Rafael Caldera, en el municipio Machiques de Perijá, estado Zulia. Era futbolista y jugaba en el equipo Perijaneros FC, en donde llegó a disputar partidos apenas antes de abandonar el país.
El deportista es padre de dos niñas pequeñas: Carla Antonella, de seis años, e Isabella Sofía, de tres años.
Reyes Barrios participó en protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro en febrero y marzo de 2024, siendo detenido tras esta última, donde fue “torturado en un edificio clandestino donde se le sometió a electrochoques y ahogamiento”, según relató su abogada, Linette Tobin.
El zuliano abandonó el país poco después y solicitó asilo político en los Estados Unidos, sin embargo, fue detenido el 1 de septiembre de 2024 en el puerto de San Isidro, cuando cruzó la frontera sur estadounidense.
Antes de llegar a tierras estadounidenses, trabajó en una tienda de flores en México esperando su cita migratoria. «Mi hermano nunca llegó a entrar a Estados Unidos ni a trabajar», afirma su hermana a Versión Final.
Después de haber obtenido una cita a través de la aplicación CBP One, que le permitió presentar su caso ante las autoridades de inmigración, fue llevado al centro de detención de Otay Mesa, en San Diego, California.
Allí, las autoridades descubrieron un tatuaje en su brazo: un balón de fútbol rematado con una corona, que él mismo había hecho grabar como un símbolo de su amor por el Real Madrid, su equipo favorito.
Pero, para los agentes de inmigración, ese tatuaje era suficiente para asociarlo con el Tren de Aragua, una organización criminal a la que Estados Unidos ha vinculado con actividades terroristas.
Su hermana señala que tuvo dos audiencias desde su detención, siendo la última en diciembre de 2024, y las autoridades ignoraron el hecho de que él tenía una nueva audiencia programada para el 17 de abril, momento en el cual su caso iba a ser evaluado por un juez.
Sin embargo, antes de que se pudiera celebrar esa audiencia, Reyes Barrios fue sacado de su celda y trasladado al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot) en El Salvador, junto a otros 237 venezolanos.
El machiquense fue deportado el pasado 15 de marzo, en un proceso que su abogada, describe como “un acto de engaño y falta de justicia”.
Según su abogada, el futbolista nunca estuvo involucrado en actividades delictivas ni tenía antecedentes penales. A pesar de presentar pruebas documentales que demostraban su historial limpio en Venezuela, incluyendo un certificado de antecedentes penales sin registros de delitos y cartas de sus empleadores, Reyes Barrios fue tratado como un criminal de alta peligrosidad.
Las autoridades también utilizaron una fotografía en su perfil de Facebook, en la que él aparece levantando varios dedos, un gesto que el Departamento de Seguridad Nacional identificó erróneamente como un saludo relacionado con el Tren de Aragua.
La abogada de Reyes Barrios explica que este gesto es común en el mundo del rock’n’roll, y no tiene ninguna conexión con actividades delictivas.
A pesar de la falta de pruebas, Reyes Barrios fue trasladado desde California a un centro de detención en Texas, y luego, sin previo aviso a sus abogados ni a su familia, fue deportado a El Salvador.
La familia de Reyes Barrios se enteró de su destino el 17 de marzo, cuando finalmente lograron obtener confirmación de que había sido llevado a ese país, tras meses de incertidumbre y sin poder contactar con él.
El Departamento de Seguridad Nacional alegó que los vuelos de deportación incluían a “criminales peligrosos” vinculados al Tren de Aragua.
La abogada Tobin presentó su caso ante el tribunal, argumentando que su cliente no tiene relación alguna con el Tren de Aragua y que las acusaciones son infundadas.
Con información de Versión Final.
En resumen, la historia de Jerce Egbunik Reyes Barrios es un claro ejemplo de los desafíos y obstáculos que enfrentan los migrantes en su búsqueda de una vida mejor. Su deportación basada en un simple tatuaje evidencia las injusticias y prejuicios que pueden existir en los procesos migratorios.
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