El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha emitido una advertencia contundente a terceros países y sus compañías petroleras, señalando que no permitirán ninguna colaboración con el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela en lo que respecta a la producción, extracción o exportación de petróleo y sus derivados.
Rubio afirmó: "Estados Unidos no tolerará que terceros países ni sus compañías petroleras produzcan, extraigan o exporten petróleo y productos derivados junto con el régimen de Maduro en Venezuela". Esta declaración resalta la postura firme del gobierno estadounidense en cuanto a la crisis política y humanitaria que atraviesa Venezuela.
El secretario de Estado enfatizó que el gobierno venezolano ha incurrido en violaciones sistemáticas a los principios democráticos, afectando gravemente a su propia población y colaborando con actores hostiles a los intereses de Estados Unidos. Rubio denunció que el régimen de Maduro ha robado elecciones, saqueado al pueblo venezolano y se ha aliado con enemigos de Estados Unidos.
En un movimiento contundente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles del 25% a cualquier país que importe petróleo o gas de Venezuela. Esta medida, que entrará en vigor el 2 de abril de 2025, busca ejercer presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, al cual la administración estadounidense acusa de enviar delincuentes a Estados Unidos y de mantener una postura hostil hacia las libertades que defiende el país norteamericano.
La decisión de imponer aranceles a países que mantienen relaciones comerciales en el sector energético con Venezuela afectará a naciones como China, India, España, Cuba, Rusia, Malasia, Singapur y República Dominicana. Estas naciones se verán obligadas a replantear sus políticas comerciales con respecto a Venezuela, dado el riesgo de enfrentar aranceles y sanciones por parte de Estados Unidos.
Las reacciones internacionales ante estas medidas por parte de Estados Unidos han sido variadas, con países como China y Rusia expresando su desacuerdo con las sanciones impuestas. Sin embargo, la presión internacional sobre el gobierno de Maduro continúa en aumento, y se espera que estas acciones contribuyan a la búsqueda de una solución pacífica y democrática para la crisis en Venezuela.
En conclusión, la advertencia de Estados Unidos a terceros países sobre colaborar con el gobierno de Maduro en Venezuela en el sector petrolero refleja la determinación del gobierno estadounidense de no tolerar la complicidad con un régimen que ha demostrado flagrantes violaciones a los derechos humanos y principios democráticos. El impacto de estas medidas en la geopolítica regional y en la situación interna de Venezuela es significativo, y el desenlace de esta crisis aún está por determinarse.
Con información de Alberto News.
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