La migración ha sido un fenómeno constante en la historia de Venezuela, pero en los últimos años, este movimiento ha tomado una nueva dimensión, especialmente entre los jóvenes. Gabriel Wald, director del Observatorio de Empleabilidad y Procesos Formativos de la Universidad Católica Andrés Bello, reveló información preocupante acerca de las intenciones migratorias de los jóvenes en el país. En una entrevista reciente con Unión Radio, Wald destacó que el deseo de emigrar ha aumentado significativamente en los últimos tres años, atrayendo la atención hacia un problema que afecta tanto al presente como al futuro laboral de la juventud venezolana.
Según los datos presentados por Wald, en 2022, alrededor del 23% de los jóvenes universitarios manifestaba su intención de emigrar. Para finales de 2024, esa cifra ya ha superado el 30%. Este aumento no es consecuencia de una decisión impulsiva, sino más bien de una serie de factores económicos y sociales que han llevado a los jóvenes a considerar la migración como una alternativa viable para mejorar su calidad de vida.
La creciente desesperanza y las dificultades económicas existentes en el país han creado un panorama complicado. Wald advirtió que la disposición de los jóvenes a insertarse en el mercado laboral venezolano también ha disminuido. Hasta el año pasado, más del 70% de los jóvenes aspiraba a trabajar en relación de dependencia, especialmente en el sector privado. Hoy, ese porcentaje ha disminuido al 66%, lo que refleja una desconfianza en las oportunidades laborales disponibles.
Más de dos tercios de los jóvenes en Venezuela todavía buscan formar parte del sector productivo formal. Sin embargo, enfrentan presiones económicas que los llevan a considerar la emigración o la inserción en el trabajo informal. “La presión del hogar por generar dinero genera una tensión inevitable. Muchos se ven obligados a ‘matar tigres’, como decimos en criollo, porque aún se gana más por cuenta propia que en empleos formales”, explicó Wald, resaltando un fenómeno que se ha vuelto común en muchas familias venezolanas.
La necesidad de sostener a sus familias ha llevado a muchos jóvenes a optar por empleos informales, donde los ingresos pueden ser más altos, aunque a expensas de la seguridad laboral y los beneficios tradicionales que ofrecen los empleos formales.
Uno de los factores más relevantes en la búsqueda de empleo para estos jóvenes es el desarrollo profesional. Según el observatorio, lo que más valoran es la posibilidad de crecer en sus carreras, de continuar con sus estudios y de construir un currículum atractivo. En segundo lugar, la remuneración se posiciona como un aspecto importante, aunque no el único. La búsqueda de crecimiento personal y profesional ha pasado a ser una prioridad.
A pesar de la percepción de que las redes profesionales o el networking tienen poca importancia entre muchos jóvenes, Wald señala que la creación de conexiones profesionales es fundamental. “Pareciera que no hay tanta conciencia de que la calidad de las relaciones es uno de los principales predictores del éxito profesional”, afirmó, aludiendo a un aspecto que podría cambiar la trayectoria laboral de muchos.
A pesar de los desafíos, Wald también reconoció que ha habido avances en el entorno laboral en el país. Las empresas venezolanas han comenzado a volverse más atractivas para los jóvenes, comparadas con las compañías internacionales. “Están ofreciendo combos más atractivos: seguros, oportunidades de formación, rotación interna. Eso lo valoran mucho los jóvenes”, explicó Wald, lo que evidencia un cambio en la dinámica del empleo en el país.
Este nuevo enfoque por parte de las empresas podría ser un aliciente para los jóvenes que buscan oportunidades en su propio país, reduciendo la tentación de emigrar. Sin embargo, sigue siendo crucial abordar las preocupaciones subyacentes que impulsan a más del 30% a considerar la emigración como la única opción viable para su futuro profesional.
La intención de migrar entre los jóvenes venezolanos es un fenómeno que no debe ser subestimado. Este aumento puede interpretarse como un llamado de atención sobre la necesidad de mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida dentro del país. A medida que más jóvenes buscan oportunidades en el extranjero, es esencial que el gobierno, las empresas y la sociedad en su conjunto trabajen juntos para crear un entorno atractivo donde puedan desarrollarse, crecer y contribuir a la economía venezolana.
La construcción de un futuro profesional en el país dependerá de la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades del mercado laboral, ofreciendo soluciones innovadoras y atractivas que fomenten el desarrollo dentro de Venezuela, en lugar de impulsarlos hacia la incertidumbre que trae la migración.
Con información de Versión Final.
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