La exparticipante de Rojo, Kathy Orellana, ha compartido su emotiva historia de transformación personal y profesional en el programa Primer Plano de CHV. A sus 42 años, la cantante ha enfrentado una dura batalla contra la adicción a las drogas y el alcohol, y ha salido fortalecida, lo que ahora le permite disfrutar de la recuperación de la tutela de su hijo, Facundo, un logro que considera uno de los más significativos de su vida.
Reflexiones sobre su pasado
Kathy Orellana decidió abrirse sobre su pasado, un capítulo que ha estado marcado por momentos oscuros. “A la gente le daba mucha pena verme en ese estado que estaba. No me siento orgullosa ni me avergüenza (…) esto me ha enseñado a ser la mujer que hoy día me siento. Después de haberlo perdido todo, ¿a qué le vas a temer?”, reflexionó. Estas palabras revelan su proceso de sanación y autoconocimiento tras haber tocado fondo en su vida, un viaje que ha sido tanto doloroso como liberador. La artista reconoce que cada experiencia vivida, por difícil que haya sido, ha contribuido a formarla y a hacerla más resiliente.
El papel de la fe en su recuperación
Durante la conversación, Orellana enfatizó la importancia de su fe en Dios, un pilar fundamental en su proceso de recuperación. Recordó un momento crítico en su vida, cuando se sintió completamente sola y alcoholizada. En ese instante, se arrodilló y clamó al “Señor” pidiéndole ayuda, expresando que ya no podía más. “Al estar sola, comprendí que mi lucha no solo era contra el alcoholismo, sino que también se trataba de mi relación con Dios y el abandono que sentía hacia mí misma”, explicó. Su relato subraya cómo la espiritualidad puede ofrecer un camino hacia la esperanza y la redención, incluso en los momentos más oscuros.
El testimonio de su madre
La madre de Kathy, Clara Inés, también estuvo presente en el programa y compartió su perspectiva sobre la transformación de su hija. “La Kathy cambió en un 200%. Harto me hizo rabiar, pero ahora ella cambió. Incluso le entregué al niño. (Es una) mamá ejemplar”, afirmó, resaltando el impacto positivo que ha tenido la recuperación de Orellana en su vida familiar. Este testimonio es un claro reflejo de cómo la recuperación no solo afecta al individuo, sino también a su entorno, creando un efecto positivo que se irradia a las relaciones familiares y sociales.
Recuerdos de su vida anterior
En medio de su relato, Orellana no pudo evitar recordar una intensa pelea con su expareja que ocurrió en un contexto de consumo de alcohol y drogas. “Fue una pelea que yo tuve con mi exmarido, en consumo de alcohol y drogas y se fue de las manos. Hay cosas que no me acuerdo, más de la mitad de mi alcoholismo que no me acuerdo”, confesó. Estas palabras reflejan los profundos desafíos que enfrentó durante su adicción, así como la dificultad de mantener relaciones sanas en medio de un estilo de vida destructivo. La artista subraya que, cuando uno está sumido en la adicción, es casi imposible encontrar un momento de lucidez para realizar cambios positivos.
Su presente laboral
En la actualidad, Orellana ha encontrado una nueva faceta en su vida laboral, uniéndose a la tendencia que han seguido varias celebridades al vender contenido erótico en plataformas para adultos. “Es un negocio súper bueno. Creo que a cualquier mujer le gustaría hacerlo. Estoy en uno de mis mejores momentos como mujer”, dijo, según lo consigna Página 7. Esta nueva etapa profesional no solo le permite ser independiente, sino que también la empodera, dándole un nuevo sentido a su vida y su carrera. A través de esta iniciativa, Kathy está demostrando que es posible reinventarse y encontrar nuevas oportunidades incluso después de haber enfrentado adversidades significativas.
Mirando hacia el futuro
El camino de Kathy Orellana es un testimonio de resiliencia y transformación. Su historia inspira a muchos que enfrentan luchas similares, recordándoles que siempre hay esperanza y posibilidad de cambio. Con la recuperación de su hijo y su nuevo enfoque profesional, Orellana se encuentra en un momento de renacimiento, donde cada día representa una nueva oportunidad para crecer y sanar. Su testimonio es un llamado a la empatía y la comprensión hacia quienes lidian con problemas de adicción, así como un recordatorio de que la vida puede mejorar con determinación, fe y apoyo.