Anriquelis Barrios, la destacada judoca venezolana, inicia su cuarto ciclo olímpico con una mezcla de esperanza y desafío. Tras su debut en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde logró un diploma al alcanzar el quinto puesto, Barrios se encuentra en un momento crucial de su carrera. Con la mirada puesta en Los Ángeles 2028, la atleta de -63 kilogramos reflexiona sobre su trayectoria y las dificultades que ha enfrentado desde entonces.
“Quiero ver si me siento nuevamente fuerte”, expresó Barrios en una reciente entrevista. Reconoce que no ha logrado recuperar su nivel óptimo, aquel que la llevó a estar entre las cinco mejores del mundo. “Esa también es una meta que tengo. Ir poco a poco, a ver si vuelvo a ser esa Anriquelis o mejor que esa Anriquelis”, añadió, mostrando su determinación por regresar a la élite del judo.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil. La presión acumulada tras la pandemia y el retraso de los Juegos Olímpicos han dejado huellas en su preparación. “Pienso que este ciclo puede ser bueno, pero dejando de lado la presión. La situación antes de París (Juegos Olímpicos 2024) fue bien complicada”, comentó Barrios, aludiendo a los problemas personales que afectaron su estado emocional y físico.
La judoca ha enfrentado múltiples adversidades, incluyendo una lesión en la rodilla que la alejó de su mejor forma. “Salí de las 18 primeras del ranking, cuando llegué a estar entre las cinco primeras (tercera, julio 2022). Fue como un shock emocional”, admitió. Esta situación la llevó a acelerar su recuperación y a volver a competir, aunque con un desafío adicional: adaptarse a un nuevo contexto competitivo.
Barrios hizo su regreso a las competencias tras los Juegos de París y logró un quinto puesto en el Campeonato Panamericano y de Oceanía 2025. “Muy contenta por empezar este año. Ya competimos en el panamericano, nos toca el mes que viene el Campeonato Mundial de judo (en Hungría)”, indicó. A esto se suma su participación en los Juegos Bolivarianos Lima-Ayacucho 2025, donde espera continuar su camino hacia la excelencia.
En busca de una mejor preparación, Barrios se ha propuesto hacer las cosas de manera diferente. Desde enero, ha estado entrenando en Puerto Ordaz, enfocándose en su técnica y físico. “Voy llevándola. Vamos a ver cómo fluye todo. Ya mi beca terminó en Japón, así que en este ciclo todo va a ser diferente”, explicó. La judoca busca reencontrarse con su mejor versión y disfrutar más del judo, sin la presión que en ocasiones puede resultar abrumadora.
La posibilidad de un retiro también está presente en sus pensamientos, pero Barrios no se siente ansiosa ante esa decisión. “No sé decirlo ahorita. Tengo que irme satisfecha. Si me voy a retirar es porque estoy satisfecha”, comentó, dejando claro que su prioridad es volver a sentir la fuerza y la confianza necesarias para competir al más alto nivel.
Barrios, originaria del estado Bolívar, ha vuelto a sus raíces, lo que le ha brindado una perspectiva renovada. “Estoy regresando a mis cosas, viviendo en mi casa. Estoy viendo todas las calles que pasaba para ir a entrenar. Viendo a mis amigos, a mi familia”, reflexionó. Este regreso a la familiaridad y al apoyo de su entorno podría ser clave para su rendimiento en el tatami.
Competir en la categoría de -63 kilogramos es un reto significativo. “Pienso que hace dos ciclos olímpicos, no estaba tan fuerte. Eran unas cinco judocas que eran muy fuertes”, dijo Barrios, reconociendo el aumento de la competencia en su peso. La llegada de nuevas rivales, como la campeona olímpica canadiense Christa Deguchi, añade una capa adicional de dificultad a su camino hacia la cima.
A pesar de estar actualmente en el puesto 49 del ranking mundial, Barrios mantiene un porcentaje de victorias del 52% en sus últimos 25 combates internacionales, lo que demuestra su potencial y determinación para seguir adelante. Su enfoque ahora está en la fuerza y la técnica, con la mirada fija en retomar el nivel que la caracterizó antes de sus lesiones.
Anriquelis Barrios se encuentra en un punto de inflexión en su carrera, donde la resiliencia y la autoconfianza serán claves para su éxito. Con su enfoque renovado, el apoyo de su entorno y un deseo inquebrantable de volver a lo más alto, la judoca venezolana está lista para enfrentar los retos que se avecinan en este nuevo ciclo olímpico. El público y sus seguidores esperan ansiosos ver cómo se desarrollará esta travesía, que promete ser un testimonio de valentía y dedicación en el mundo del deporte.
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