La inclemencia de los torrenciales aguaceros caídos la noche y madrugada del viernes 16 y sábado 17 de mayo en la región afectó las vías de acceso de al menos seis municipios del Táchira, especialmente de la zona de montaña alta y de la frontera. El paso vehicular en algunas carreteras estuvo obstaculizado durante varias horas.
José María Vargas, Francisco de Miranda, Sucre, Uribante, Junín y Bolívar son las jurisdicciones donde más reportes se recibieron a través de la mensajería de Diario La Nación, por el incremento del caudal de los distintos afluentes naturales que recorren la geografía tachirense. Algunos se salieron de su cauce y provocaron situaciones de emergencia.
Una noche de terror vivieron los habitantes de la aldea Santa Filomena, situada entre Queniquea y San José de Bolívar, en los municipios Sucre y Francisco de Miranda, por el desbordamiento de la quebrada El Reventadero. Este fenómeno natural generó el colapso de la vía que comunica a ambas jurisdicciones, dejando a la comunidad aislada por varias horas.
La fuerza del agua arrastró piedras y sedimentos, lo que afectó incluso la cancha sintética de la referida comunidad, llevándose parte de la grama artificial y la malla protectora del espacio deportivo. Este tipo de daños no solo impactan la infraestructura, sino que también afectan la moral de los residentes que ven su patrimonio desvanecerse frente a desastres naturales.
El desastre natural provocó gran alarma entre la población, que quedó sin energía eléctrica desde la noche del viernes hasta pasada las 9:00 a.m. del sábado; además, se reportaron fallas en la señal telefónica. Los habitantes de Queniquea se vieron forzados a pernoctar en la zona, ya que no podían cruzar la quebrada hasta que la situación se normalizara en la tarde del sábado.
Las alcaldías de los municipios Sucre y Francisco de Miranda, en colaboración con Hidrosuroeste, laboraron arduamente para restablecer el paso vehicular entre San José de Bolívar y Queniquea, evidenciando así el esfuerzo conjunto de las autoridades locales para mitigar los efectos de esta situación climática adversa.
En el sector El Playón El Molino, que da entrada a El Cobre, capital del municipio José María Vargas, el paso vehicular se mantuvo en riesgo debido a las intensas precipitaciones. Los lugareños alertan que, en reiteradas ocasiones, durante las lluvias, la carretera colapsa, volviéndose peligrosa para quienes intentan transitar por ella.
El alcalde del municipio Uribante, Olinto Contreras, se pronunció sobre la situación y reportó que, después de varias horas de trabajo, se logró rehabilitar el paso vehicular entre Pregonero y la zona del páramo, que conecta con La Grita, capital del municipio Jáuregui. Este esfuerzo se llevó a cabo hasta caída la noche del sábado 17 de mayo, utilizando maquinaria pesada y personal del ayuntamiento.
Contreras detalló que la vía, que comunica a Pregonero con La Grita, se vio obstruida por deslizamientos de sedimentos y material rocoso a raíz de las lluvias intensas. Gracias a la labor intensa del equipo de la alcaldía, el tránsito de vehículos por esta arteria principal fue restablecido, poniendo fin a la incertidumbre que generaron las lluvias.
Las familias del municipio Junín, específicamente en Rubio, también enfrentaron una noche de angustia debido a la intensificación de las lluvias. El aumento del caudal de caños y quebradas creó un clima de temor entre los residentes, que alertaban sobre la posibilidad de que los afluentes salieran de sus cauces. La inseguridad aumentó cuando, en Bolivia Vieja, la fuerza del agua arrastró un vehículo Chery Arauca cuando una joven intentaba cruzar, afortunadamente sin que esta resultara herida.
Los vecinos de esta comunidad informaron que para llegar a Bolivia Vieja es necesario pasar una quebrada, al no contar con puentes que faciliten la circulación en condiciones climáticas adversas. Esto resalta la vulnerabilidad de las infraestructuras en las zonas rurales, donde las precipitaciones severas pueden aislar comunidades enteras.
Las quebradas El Cafetal y La Yegüera también incrementaron su nivel durante la tormenta. En San Diego, los residentes permanecieron en alerta ante la actividad de la quebrada que atraviesa su comundad. Un vecino comunicó a la 12:23 am que la quebrada La Yegüera estaba en un estado de alerta amarilla por el aumento de su caudal, evidenciando cómo la comunidad se organizaba para enfrentarse a la adversidad.
Asimismo, la calle 5 entre carreras 15 y 16 del barrio Miranda de San Antonio del Táchira, perteneciente al municipio Bolívar, sufrió los estragos de estas fuertes precipitaciones. El ímpetu del agua arrastró piedras y sedimentos, bloqueando el libre tránsito y afectando la cotidianidad de sus habitantes.
El balance de esta situación en la región es devastador, con comunidades que reclaman atención y soluciones inmediatas. Las autoridades locales, aunque activas en la respuesta, deberán enfrentar los desafíos que estas inclemencias climáticas traen consigo.
Con información de Tal Cual y La Nación
Suspensión de vuelos entre Venezuela y Colombia: un enfoque gubernamental ante las elecciones regionales En…
La Corte Suprema de EE.UU. autoriza la revocación de protecciones para inmigrantes venezolanos La situación…
El final de una era: Paula Pavic y Marcelo Ríos firman acuerdo de divorcio La…
Los Bravos de Atlanta activan a Spencer Strider: Un impulso necesario para la temporada El…
La Significación Mística de un Búho en tu Ventana La presencia de un búho en…
Un nuevo crimen remeció a la comuna de Limache Durante la madrugada de este lunes,…