Los riñones cumplen una función esencial en el cuerpo humano, pues filtran la sangre, eliminan toxinas, regulan la presión arterial y mantienen el equilibrio de líquidos. A pesar de su importancia, son órganos que solemos pasar por alto, hasta que empiezan a fallar. Y lo preocupante es que muchas veces el daño renal es silencioso y se puede provocar con ciertos hábitos diarios que los desgastan sin que te des cuenta.
De acuerdo con la Fundación Mexicana del Riñón y la Organización Mundial de la Salud (OMS), millones de personas padecen insuficiencia renal crónica sin saberlo, y una de las razones principales son los malos hábitos cotidianos que deterioran el sistema de los riñones sin generar síntomas en las primeras etapas.
Parece un consejo repetido hasta el cansancio, pero es uno de los hábitos que si no se toman en cuenta pueden provocar daño renal, pues la hidratación es clave para el funcionamiento óptimo de los riñones. La principal función de estos órganos es filtrar desechos a través de la orina, y cuando el cuerpo no recibe suficiente agua, el flujo urinario disminuye, lo que permite que toxinas se acumulen.
El sodio en exceso obliga a los riñones a trabajar más de la cuenta para eliminarlo, lo que a la larga eleva la presión arterial y desgasta los glomérulos, estructuras fundamentales en el proceso de filtración renal. México es uno de los países con mayor consumo de sodio, en gran parte por el hábito diario de alimentos ultraprocesados.
El uso prolongado e indiscriminado de analgésicos como ibuprofeno, diclofenaco y naproxeno puede causar daño a los riñones. Estos medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) reducen el flujo sanguíneo renal y, si se toman sin supervisión médica, aumentan el riesgo de insuficiencia renal aguda.
Más del 70% de los casos de insuficiencia renal en México están relacionados con enfermedades crónicas mal controladas. Cuando los niveles de glucosa en sangre o presión arterial se mantienen elevados durante mucho tiempo, los vasos sanguíneos de los riñones se deterioran.
Aunque parezca inofensivo, el hábito diario de aguantar las ganas de orinar durante horas puede tener consecuencias serias. La retención urinaria frecuente aumenta la presión en la vejiga y puede provocar infecciones urinarias, las cuales pueden ascender a los riñones y causar daño permanente.
Para proteger la salud de nuestros riñones, la prevención se convierte en una estrategia fundamental. Mantener una dieta balanceada, rica en frutas y verduras, y reducir el consumo de alimentos procesados puede marcar una gran diferencia. Además, es esencial realizar chequeos médicos periódicos para detectar cualquier anomalía en las funciones renales a tiempo.
Asimismo, la actividad física regular contribuye a mejorar la salud general y a mantener controladas las enfermedades crónicas. La práctica de deportes, caminatas o cualquier actividad que mantenga en movimiento el cuerpo es fundamental para el bienestar renal.
La salud renal es un aspecto a menudo olvidado en nuestra rutina diaria, pero es esencial para nuestro bienestar general. Conociendo los hábitos que pueden perjudicar nuestros riñones, podemos tomar medidas proactivas para protegerlos. La hidratación adecuada, el control del consumo de sal y el manejo de enfermedades crónicas son pasos sencillos pero efectivos para preservar la función renal a largo plazo.
Recuerda que la salud de tus riñones está en tus manos. Pequeños cambios en tu estilo de vida pueden tener un gran impacto en tu salud renal y, en última instancia, en tu calidad de vida.
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