En un contexto de creciente represión política en Venezuela, la detención del exministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas, ha generado gran preocupación y rechazo tanto a nivel nacional como internacional. Tras ser arrestado por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en Maracaibo, estado Zulia, su hija, Rodna Cabezas, ha expresado su angustia ante la inoperancia de las autoridades en proporcionar información sobre su paradero y estado de salud.
El pasado jueves, Rodrigo Cabezas fue detenido tras ser convocado a la sede de Corpoelec, la compañía eléctrica estatal, luego de reportar un apagón en su hogar. Rodna Cabezas compartió un mensaje desgarrador en video difundido a través de la red social X, donde enfatiza que desconoce la ubicación de su padre y está alarmada por su salud, ya que padece problemas cardiacos y es hipertenso.
“No sé dónde está mi papá, no sé en qué lugar lo tienen, ignoro en qué condición se encuentra. Por eso temo mucho por su salud”, declaró Rodna, al tiempo que exigió al fiscal general, Tarek William Saab, una “fe de vida” de su padre y garantías para que se respete su debido proceso y derechos humanos.
Rodrigo Cabezas, quien fue ministro de Finanzas entre 2007 y 2008 durante el gobierno de Hugo Chávez, ha pasado por un proceso de transformación política que lo llevó de ser parte integral del oficialismo a convertirse en un crítico profundo de las políticas económicas del régimen de Nicolás Maduro. Desde 2017, ha alzado su voz contra lo que él describe como un autoritarismo exacerbado y una mala gestión económica que ha llevado al país a una crisis humanitaria de proporciones monumentales.
“Señor fiscal, usted lo conoce. Sabe que es un hombre honesto, tranquilo, pacífico, profesor universitario en la Universidad del Zulia”, añadió Rodna en su mensaje, apelando a la humanidad del funcionario en un momento tan crítico para su familia.
La detención de Cabezas se produce en un contexto marcado por reportes de detenciones arbitrarias y una creciente escalada represiva contra disidentes. La ONG Provea ha señalado que esta acción es parte de una estrategia organizada para silenciar voces críticas en medio de la crisis que enfrenta el país.
Según el Comité por la Libertad de los Presos Políticos, la detención de Cabezas no ha sido reconocida oficialmente por ningún organismo estatal hasta el momento, lo que agrava la situación y aumenta la incertidumbre sobre su estado y las condiciones de su detención. Este tipo de acciones han creado un clima de temor generalizado, donde la continua represión lleva a muchos ciudadanos a vivir en la incertidumbre y la angustia.
Rodrigo Cabezas formó parte de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hasta el 2017. Su trabajo como ministro de Finanzas le otorgó un rol influyente en la política económica del país, pero su evolución hacia una crítica abierta del gobierno se ha convertido en un punto de controversia, tanto para sus aliados como para sus opositores.
Actualmente, forma parte de Zulia Humana, un colectivo político que busca abordar la crisis humanitaria y social en su región. Su detención resulta aún más inquietante dado que varios miembros de la oposición, como el diputado regional Eduardo Labrador, han sido detenidos en circunstancias similares, poniendo de manifiesto el riesgo que enfrentan quienes desafían al régimen de Maduro.
La situación de Rodrigo Cabezas ha despertado la preocupación no solo de su familia, sino de organizaciones de derechos humanos que siguen de cerca la crisis política en Venezuela. Las peticiones de atención internacional y acción en defensa de los derechos humanos se intensifican, al igual que la presión sobre el gobierno para garantizar el tratamiento humano a todos los detenidos y el respeto a sus derechos fundamentales.
Rodna Cabezas ha hecho un firme llamado al fiscal general y a otras autoridades, buscando no solo la liberación de su padre, sino también una garantía de que su salud será atendida de manera oportuna y segura. La comunidad internacional continúa observando, esperando ver respuestas concretas y un cambio en la política de represión que ha caracterizado el régimen de Nicolás Maduro.
La detención de Rodrigo Cabezas es, sin duda, un símbolo del clima de temor y desesperanza que se siente en Venezuela. A medida que las historias de detenciones y desapariciones aumentan, la necesidad de una respuesta sólida por parte de la comunidad internacional se vuelve más urgente. La libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos son piedras angulares de cualquier sociedad democrática, y el caso de Cabezas es un recordatorio escalofriante de lo que está en juego.
El desenlace de esta situación aún es incierto, pero es esencial que la vigilancia y el apoyo a los derechos humanos continúen, para que no se repitan los errores del pasado y se construya un futuro donde las voces críticas sean escuchadas y protegidas.
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