En un contexto de creciente tensión en la región, las autoridades egipcias están llevando a cabo la deportación de activistas extranjeros que intentan participar en la Marcha Global a Gaza. Esta iniciativa, que pretende llevar solidaridad y atención internacional a la situación en Gaza, ha sido objeto de una fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad egipcias. Según informes del Aeropuerto Internacional de El Cairo, el pasado viernes se denunciaron la deportación de aproximadamente 170 activistas, lo que ha generado un clima de preocupación y frustración entre los organizadores y participantes.
Las fuerzas de seguridad han impedido la entrada al país a decenas de activistas de diversas nacionalidades, alegando que no cumplían con la legislación necesaria para acceder a territorio egipcio. Aquellos que fueron rechazados fueron deportados en los mismos vuelos que los llevaron a El Cairo, lo que provocó retrasos en los despegues de entre 20 y 40 minutos, según fuentes anónimas citadas por la agencia de noticias DPA. Esta situación ha sido descrita como una violación de los derechos de los activistas, quienes han reportado detenciones, acoso físico y psicológico, así como daños corporales durante su intento de ingresar al país.
La Marcha Global a Gaza tenía como objetivo fundamental viajar desde El Cairo hasta El Arish, en la península del Sinaí, y posteriormente cubrir a pie los 50 kilómetros que separan esta ciudad del paso fronterizo de Rafá, en la Franja de Gaza. Los organizadores planeaban protestar en el paso de Rafá durante varios días, comenzando este domingo, a pesar de las estrictas leyes sobre manifestaciones que se encuentran vigentes en Egipto. La intención era levantar la voz en favor de los derechos humanos y la necesidad de ayuda humanitaria para los habitantes de Gaza, que han sufrido las consecuencias de un bloqueo prolongado y recurrentes conflictos.
El viernes, en la ciudad de Ismailia, cercana al canal de Suez, cientos de activistas fueron arrestados. Las fuerzas de seguridad confiscaban los pasaportes de los detenidos, lo que complicó aún más su situación. Carola Rackete, eurodiputada alemana del partido La Izquierda, compartió en redes sociales un video donde denuncia que le fue prohibido el paso en varios controles y que, junto a otros activistas, fue forzada a regresar a El Cairo en medio de una violenta represión policial. Esta situación ha sido objeto de críticas y ha puesto de relieve las tácticas agresivas que las autoridades egipcias están utilizando para silenciar las voces de quienes desean manifestarse en apoyo a Gaza.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto ha defendido sus acciones, indicando que los activistas deben solicitar formalmente el ingreso al país a través de las embajadas egipcias en el extranjero o mediante las embajadas extranjeras en El Cairo. Según el Ministerio, la regulación es necesaria por motivos de seguridad, especialmente dado el contexto delicado de la situación en Gaza. Egipto ha manifestado que la seguridad de las delegaciones que visitan áreas fronterizas es una prioridad, especialmente en el contexto de los recientes acontecimientos en la región.
La situación se complica aún más por la influencia de Israel en esta problemática. Las autoridades israelíes habían solicitado previamente a Egipto que impidiera a los activistas llegar a la frontera con Gaza. Esta presión subraya el delicado equilibrio que Egipto debe mantener en su política exterior, especialmente en relación con su vecino del este y la comunidad internacional. La colaboración entre Egipto e Israel en temas de seguridad ha sido un tema de discusión durante años, y la actual crisis en Gaza ha puesto a prueba esa relación.
La Marcha Global a Gaza es un llamado a la solidaridad y a la atención internacional sobre una crisis humanitaria que ha durado demasiado tiempo. Sin embargo, la respuesta de las autoridades egipcias pone de manifiesto los desafíos que enfrentan los activistas al intentar expresar su apoyo en un contexto de represión. La deportación masiva de activistas no solo es un reflejo de la postura del gobierno egipcio, sino también de la complejidad de la situación geopolítica en la región. Mientras las tensiones en Gaza continúan, la voz de la comunidad internacional es más necesaria que nunca, y las acciones de Egipto serán observadas de cerca por aquellos que abogan por la paz y la justicia en la región.
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