La mocktelería —coctelería sin alcohol— está emergiendo como una de las tendencias culturales más notables en América Latina. Este fenómeno, impulsado por el cambio en los hábitos de consumo, especialmente entre la generación Z, se está integrando poco a poco en festivales, reuniones y eventos sociales. Cada vez más personas buscan disfrutar de experiencias placenteras sin los efectos del alcohol, lo que ha llevado a un aumento significativo en la popularidad de estas bebidas.
De acuerdo con un informe de IWSR, se espera que el mercado global de bebidas no alcohólicas crezca en más de 4.000 millones de dólares hacia 2028, con un avance del 7% anual en volumen. Este crecimiento no es solo una cuestión de cifras; representa un cambio generacional profundo que está transformando la manera en que socializamos.
La generación Z, compuesta por jóvenes nacidos entre finales de los 90 y principios de los 2000, está comenzando a alcanzar la mayoría de edad para consumir alcohol. Sin embargo, este grupo muestra una preferencia notable por alternativas sin alcohol. Según el informe de IWSR, son significativamente más propensos a optar por bebidas energéticas, naturales o funcionales en lugar de cócteles tradicionales.
En ciudades como Santiago de Chile, Buenos Aires y Ciudad de México, la escena de la mocktelería está en auge, con bares que ofrecen cartas sin alcohol y cursos especializados para aprender a preparar estas bebidas. Además, ha surgido un movimiento de influencers y creadores de contenido que comparten recetas innovadoras utilizando infusiones, jarabes artesanales, fermentos y botánicos.
Uno de los pilares de esta tendencia es el uso de bebidas energéticas como base de los mocktails. Este ingrediente no solo proporciona un efecto revitalizante, sino que se combina con elementos naturales para crear bebidas que son visualmente atractivas y únicas. La estética juega un papel crucial; estas bebidas no solo se disfrutan, sino que también se comparten en redes sociales, convirtiéndose en parte del estilo de vida de la generación Z.
“Entendemos que los hábitos de consumo están cambiando”, explica Patricio Pinto, fundador de la energética chilena Score Energy Drink. “Por eso ofrecemos una alternativa que combina sabor y energía sin necesidad de alcohol. Creemos que la accesibilidad y la calidad deben ir de la mano”.
La mocktelería no es simplemente una moda pasajera; representa un cambio en los rituales de socialización. Las conversaciones continúan, los brindis se mantienen, pero el alcohol ya no es un requisito indispensable. Las bebidas que equilibran sabor, funcionalidad y estética están ganando terreno, estableciendo un nuevo estándar en el consumo social.
Con un mercado en expansión y una generación que redefine sus códigos culturales, la coctelería sin alcohol se posiciona como una alternativa viable y atractiva, alejándose de ser una curiosidad para convertirse en un fenómeno consolidado.
Score Energy Drink presenta tres recetas ideales para preparar cócteles sin alcohol, cada una con sabores variados y energía.
El clásico mojito cubano se reinventa en clave sin alcohol con un toque fresco y energético. Esta versión mocktail mezcla menta y limón, ideal para quienes quieren disfrutar sin el aporte del alcohol. Refrescante y fácil de preparar.
Ingredientes:
Preparación: Macerar la menta con el azúcar y el jugo de limón en un vaso. Agregar hielo y completar con la bebida energética. Opcional: añadir un toque de agua con gas para suavizar el sabor.
Esta opción tropical es ideal para cualquier época del año. Consiste en una mezcla de jugos de frutas, hielo y bebida energética sabor mango, priorizando el sabor y la energía.
Ingredientes:
Preparación: Agitar el jugo de piña con el maracuyá, servir en un vaso con hielo y completar con la bebida energética sabor mango. Decora con una rodaja de piña o una flor comestible.
Este mocktail ligero combina frutos rojos, jugo de limón y una base de Score Fruit Punch, ofreciendo un perfil fresco y vibrante.
Ingredientes:
Preparación: Servir el jugo de limón sobre hielo, añadir la bebida energética y completar con agua con gas. Decorar con frutos rojos frescos.
En conclusión, la mocktelería está no solo aquí para quedarse, sino que se está consolidando como un nuevo estándar en el consumo social. Una generación que busca experiencias vibrantes y energizantes está redibujando el mapa de la coctelería, y la ausencia de alcohol no es un obstáculo, sino una oportunidad para crear y disfrutar de nuevas y emocionantes mezclas.
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