El exministro de Finanzas de Venezuela, Rodrigo Cabezas, ha cumplido este 26 de junio un preocupante lapso de 14 días detenido, un período durante el cual su familia ha expresado su angustia y desasosiego ante la falta de información sobre su paradero. La situación ha desencadenado un clamor por justicia y por el respeto a los derechos humanos del economista y profesor universitario.
Rodna Cabezas, hija del economista y exministro, compartió un emotivo video en sus redes sociales donde denuncia públicamente la desaparición de su padre. “Hoy se cumplen 14 días y más de 300 horas sin conocer el paradero de mi padre, el economista Rodrigo Cabezas”, afirma angustiada la joven, quien exige transparencia y acción por parte de las autoridades venezolanas.
La detención de Rodrigo Cabezas se produjo el pasado 12 de junio en Maracaibo, estado Zulia, a manos de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Desde ese momento, la familia ha enfrentado la falta de información; su hija destaca que “no ha sido presentado ante ningún tribunal de control y no sabemos de qué se le acusa”. Esto genera preocupaciones no solo sobre su estado físico y psicológico, sino también sobre la legalidad de su arresto.
Uno de los aspectos más preocupantes que Rodna destacó en su declaración es la salud de su padre. Rodrigo Cabezas padece hipertensión, una condición que requiere atención médica constante y seguimiento con medicamentos diarios. Su hija expresó su temor al no saber si su padre ha tenido acceso a sus medicamentos y si se encuentra recibiendo la atención médica necesaria. Esta situación no solo pone en riesgo su salud, sino también su bienestar general, lo que eleva aún más la urgencia de su liberación y atención adecuada.
En un tono de desesperación pero también de firmeza, la hija del exministro ha hecho un llamado directo al fiscal general de la República, Tarek William Saab. “Exhortamos al fiscal general a que garantice sus derechos humanos fundamentales consagrados en la Constitución, sus derechos civiles, sus derechos políticos, su derecho a la libertad, a la defensa y a la vida”, expresó Rodna. Este mensaje no solamente resalta la desesperación por la situación personal de su padre, sino que también sirve como un recordatorio al estado venezolano sobre su obligación de respetar y proteger los derechos humanos.
Es importante señalar que la preocupación por el bienestar de Rodrigo Cabezas no se limita a su familia, sino que ha resonado en sectores académicos y políticos. Como profesor de la Universidad del Zulia, su detención no solo afecta a sus seres queridos, sino también a la comunidad educativa que lo respeta y reconoce su trayectoria en el ámbito económico del país.
La detención de figuras políticas y académicas es un fenómeno que ha sido parte del paisaje político en Venezuela en los últimos años. La falta de transparencia en los procesos judiciales y la arbitrariedad en las detenciones han dejado al país en una situación de incertidumbre donde la disidencia es a menudo perseguida.
Las autoridades venezolanas han sido objeto de críticas internacionales por la detención arbitraria de opositores y activistas. Sin embargo, los casos de personas con una trayectoria profesional y académica, como Rodrigo Cabezas, destacan una dimensión aún más preocupante: la represión no solo de la oposición política, sino de aquellos que han desempeñado roles importantes en el debate económico y social del país.
Ante este contexto, la detención de Rodrigo Cabezas ha comenzado a movilizar a diferentes sectores de la sociedad civil. Organizaciones defensoras de derechos humanos, académicos y ciudadanos están cuestionando la legalidad de su detención y demandando acciones concretas por parte de las autoridades competentes. La situación se convierte en un símbolo de la lucha por la justicia en un país donde el respeto a los derechos humanos se ha visto comprometido.
La familia Cabezas no está sola en su lucha por claridad y justicia. Algunos sectores del país han comenzado a hacerse eco de su situación, mostrando su solidaridad y su deseo de que la voz de un padre y académico no se silencie ante un sistema que muchas veces pasa por encima de los derechos más básicos.
La situación de Rodrigo Cabezas es un retrato sombrío de la realidad que enfrentan muchos venezolanos en la actualidad. La falta de información, la incertidumbre sobre su estado de salud, y el temor por la violación de sus derechos humanos, son aspectos críticos que subrayan la necesidad urgente de una mayor rendición de cuentas y justicia en el país.
El clamor de Rodna Cabezas y de su familia refleja algo más que un caso individual. Es un llamado a todos los ciudadanos para que se unan en la defensa de los derechos, la libertad y la justicia en Venezuela. Mientras la familia y la sociedad civil luchan por respuestas y por la libertad de Rodrigo Cabezas, el eco de su situación resuena en el corazón de un país que anhela redención y claridad en medio de la oscuridad.
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