En un contexto geopolítico marcado por la tensión internacional, Rusia ha reafirmado su compromiso de continuar colaborando con Irán en el desarrollo de su programa nuclear, el cual, según Moscú, tiene “fines pacíficos”. Esta declaración se produce en un momento en que las instalaciones nucleares iraníes han sido objeto de ataques atribuidos a Estados Unidos e Israel, lo que ha generado un clima de preocupación global.
Durante una rueda de prensa en Moscú, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, defendió la legitimidad de la cooperación nuclear entre ambos países, acusando a Washington de llevar a cabo una “ofensiva injustificada” para limitar los “derechos legítimos” de Irán. Zajarova enfatizó que el vínculo en materia nuclear entre Rusia e Irán “nunca ha sido cuestionado” y ha sido avalado por “organismos especializados del sistema de la ONU”.
La funcionaria subrayó que, además del compromiso técnico que Rusia tiene con Irán, se espera que esta cooperación se intensifique a lo largo de 2025, de acuerdo con los convenios bilaterales ya establecidos. Este enfoque resalta la intención de Moscú de fortalecer sus lazos con Teherán en un contexto donde las relaciones internacionales son cada vez más complejas.
Las declaraciones rusas se producen en un momento crítico, ya que Irán ha decidido suspender su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Esta medida ha suscitado críticas de potencias occidentales, pero Rusia ha respaldado la postura de Teherán. Zajarova argumentó que la decisión de Irán responde a “circunstancias extraordinarias” derivadas de los bombardeos a sus instalaciones nucleares, que incluso han causado la muerte de personal técnico.
La portavoz rusa no escatimó en críticas hacia el OIEA, afirmando que “la reputación de la agencia ha resultado gravemente dañada”, sugiriendo que su actuación ha sido parcial y “poco clara” en este nuevo contexto de conflicto. Zajarova resaltó que los recientes ataques no solo han socavado la cooperación técnica, sino que también han afectado la capacidad de verificación del OIEA, un pilar fundamental del acuerdo nuclear de 2015.
La reafirmación de Rusia sobre su cooperación con Irán llega en un momento donde las tensiones en Medio Oriente están en aumento. Los ataques a instalaciones nucleares iraníes, que han sido atribuidos a Estados Unidos e Israel, reflejan un escenario de confrontación que ha llevado a Teherán a adoptar medidas defensivas. La decisión de suspender la cooperación con el OIEA es un paso significativo que podría complicar aún más el panorama internacional.
Analistas sugieren que el apoyo de Rusia a Irán podría ser un intento de Moscú de consolidar su influencia en la región, en un momento donde las relaciones entre Occidente y Rusia se encuentran en un punto bajo. La cooperación en el ámbito nuclear podría servir como un contrapeso a las políticas de contención que llevan a cabo Estados Unidos e Israel, así como una forma de desafiar la narrativa occidental sobre la proliferación nuclear.
La insistencia de Rusia en mantener y fortalecer su cooperación con Irán puede tener repercusiones significativas para la comunidad internacional, especialmente en el contexto de un acuerdo nuclear que muchos consideran ya frágil. La continuidad de esta relación podría complicar los esfuerzos diplomáticos para abordar las preocupaciones sobre el programa nuclear iraní y la seguridad en la región.
Asimismo, el respaldo de Rusia a la decisión de Irán de suspender su cooperación con el OIEA puede llevar a un debilitamiento de la autoridad de este organismo internacional, cuyo papel es crucial para la supervisión de los programas nucleares en todo el mundo. La percepción de que el OIEA actúa de manera sesgada podría erosionar la confianza de otros países en el sistema de verificación internacional.
La reafirmación de Rusia sobre su cooperación con Irán en el desarrollo de su programa nuclear es un claro indicativo de las complejidades y tensiones que caracterizan el actual panorama geopolítico. A medida que las relaciones entre las potencias mundiales se deterioran, la alianza entre Moscú y Teherán parece fortalecerse, lo que podría tener profundas implicaciones para la estabilidad regional e internacional. La situación actual requiere un análisis cuidadoso y un enfoque diplomático que busque mitigar las tensiones y fomentar un diálogo constructivo.
Con información de Infobae
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