En un hecho que ha captado la atención de medios y organizaciones de derechos humanos, dos jóvenes emprendedoras merideñas, Génesis Gabriela Pabón Paredes, de 27 años, y Rocío Del Mar Rodríguez Guillen, de 24, han sido condenadas a 10 años de prisión por el Tribunal de Control Número 3 de El Vigía. La acusación se basa en los delitos de “incitación al odio, traición a la patria y terrorismo”, en virtud de la controvertida Ley contra el Odio, por la Convivencia Pacífica y la Tolerancia.
El 16 de agosto de 2024, ambas emprendedoras fueron arrestadas cuando, según informes, “funcionarios policiales vestidos de civil” las contactaron para encargar camisetas con imágenes que simbolizaban la caída de una estatua de Hugo Chávez y el rostro del actual presidente, Nicolás Maduro. El pedido provenía de un hombre que, tras solicitar insistentemente por WhatsApp, pagó 45 dólares por las camisetas y desapareció después de la entrega, lo que ha levantado serias dudas sobre la naturaleza del pedido y las verdaderas intenciones detrás de su aprovisionamiento.
Pabón y Rodríguez, quienes apenas llevaban un mes de funcionamiento con su tienda, se vieron arrastradas a una situación que explora los límites entre el activismo político y el emprendimiento en un país donde la libertad de expresión se encuentra en un estado de vigilancia intensa. El caso ha generado una serie de críticas hacia las fuerzas de seguridad, señalando que los funcionarios implicados ejecutaron un “falso positivo” para obtener ascensos, sumando un aura de corrupción y abuso de poder al caso.
La situación se tornó aún más compleja con la revelación de que los funcionarios responsables de la detención de Génesis y Rocío están actualmente implicados en un escándalo relacionado con la fuga del exalcalde Abraham Hayón, quien se encuentra detenido. La falta de transparencia en el accionar de estos funcionarios ha sido un punto de furia en el debate público. El caso no solo habla de la precariedad que enfrentan los emprendedores en un contexto de crisis económica, sino también de los riesgos que corren aquellos que se ven involucrados en actos de protesta o resistencia a un gobierno que ejerce control casi absoluto sobre la vida política y social.
Desde su detención, la pública abogada Carmen Elena Ojeda ha defendido vehementemente la causa de Génesis y Rocío, denunciando que el proceso judicial ha sido “injusto” y que las jóvenes solo buscaban una forma de subsistir a través de su negocio. La defensora ha solicitado la reapertura del juicio, solicitando el reconocimiento de un procedimiento que valide la libertad de ambas emprendedoras. La situación se complica aún más al revelarse que Génesis ha enfrentado problemas de salud desde su arresto, lo que añade una capa de urgencia al llamado de liberación de las jóvenes.
Este incidente se produce en un contexto de crisis económica y social en Venezuela, un país donde el emprendimiento se ha convertido en una salida para muchas personas debido a la difícil situación del empleo formal. Sin embargo, la intolerancia hacia cualquier forma de disidencia ha aumentado, resultando en un clima de miedo que desincentiva la crítica al régimen y limita las oportunidades de progreso individual y colectivo.
Desde que la noticia del arresto y condena de Génesis y Rocío se hizo pública, diversas voces han alzado su protesta. Organizaciones de derechos humanos, activistas y ciudadanos han expresado su indignación y temor ante lo que consideran un abuso por parte del estado. La situación de las jóvenes emprendedoras se ha convertido en un símbolo de la disidencia que busca abrirse paso en una sociedad donde cada día se siente más la presión de la represión.
El caso de Génesis Pabón y Rocío Del Mar Rodríguez se presenta como una invitación a reflexionar sobre la situación de muchos jóvenes en Venezuela que desean trabajar y construir un futuro en libertad, lejos de la censura y la persecución. La condena a estas dos mujeres se suma a una lista de injusticias que miles de venezolanos han sufrido en los últimos años, y llama a un despertar de la conciencia social para abogar por un cambio real y una justicia que verdaderamente represente a todos.
Es crucial que, como sociedad, se reflexione sobre el significado de libertad y justicia en un país que continuamente enfrenta desafíos inminentes que ponen en riesgo el bienestar de sus ciudadanos. La historia de Génesis y Rocío podría ser un aviso para muchos, pero también una oportunidad para que la comunidad se una y haga eco de sus demandas de justicia y dignidad.
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