“Dirigir la Novena de Beethoven en el Estadio Nacional será uno de los conciertos más importantes de mi vida, y sin duda, uno de los más grandes en audiencia”, afirma Rodolfo Saglimbeni, quien liderará a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile el próximo 21 de diciembre ante 40.000 personas.
El maestro venezolano Rodolfo Saglimbeni se prepara para asumir uno de los mayores retos de su trayectoria artística: dirigir a la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en el concierto “Oda a la Fraternidad”, que se realizará el próximo 21 de diciembre en el Estadio Nacional de Santiago. Con una capacidad proyectada de 40.000 personas y la transmisión en directo por Televisión Nacional (TVN), esta presentación promete convertirse en un hito cultural en el país sudamericano.
“Es un privilegio y un reto. Nunca he dirigido en un escenario tan grande”, confesó Saglimbeni en conversación con El Vinotinto, destacando la relevancia de llevar la Novena Sinfonía de Beethoven a un recinto tan emblemático. “Pasar de una sala para 1.500 personas a un estadio con 40.000 asistentes es una experiencia única”.
El concierto, organizado por la Universidad de Chile a través de su Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC), contará con la participación del Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, la Camerata Vocal y solistas de renombre, como Andrea Aguilar, Patricio Saxton, Patricio Saraté y Evelyn Ramírez. En total, más de 200 artistas se unirán para interpretar la icónica obra de Beethoven, reconocida por su mensaje de hermandad y paz.
De Barquisimeto al mundo
Para Saglimbeni, este concierto es la culminación de un camino que comenzó en su natal Barquisimeto y lo llevó a escenarios de Europa y Sudamérica. “Compartir este germen que nació en mi Barquisimeto natal, que se desarrolló en Caracas, Europa y luego regresó a Caracas, para ahora estar dirigiendo en orquestas importantes de Sudamérica, es una bendición”, expresó.
El maestro también destacó la relación histórica y simbólica del Estadio Nacional, un lugar que ha sido escenario de mundiales de fútbol, conciertos internacionales y eventos políticos. “Es un ícono de la vida chilena, con luces y sombras, pero ahora será el escenario de un mensaje de fraternidad”, dijo, haciendo referencia al contexto social y político que ha marcado al recinto.
Una producción monumental
Para que esta presentación sea posible, la logística y producción llevan más de un año de preparación. Además del equipo artístico, la empresa Bizarro Producciones y un equipo técnico especializado han trabajado en la infraestructura necesaria para garantizar el sonido y la visibilidad en el estadio.
“En el escenario seremos unas 200 personas entre orquesta, coro y solistas. La producción es monumental, y la transmisión en vivo por TVN permitirá que esta experiencia llegue a miles de hogares”, afirmó Saglimbeni. Las entradas gratuitas se agotaron pocas horas después de su anuncio, evidenciando la alta expectativa del público chileno.
Venezolanos dejando huella
Para el director, el concierto también es una oportunidad de mostrar el aporte de la diáspora venezolana al mundo de la música clásica. “Hay un buen número de venezolanos involucrados en esta producción, tanto en la orquesta como en el coro”, señaló.
El equipo incluye a otros venezolanos como David Medina y Obeed Rodríguez, y otros músicos que forman parte del coro y la orquesta, reflejando, según Sablimbeni, el impacto de la diáspora en la cultura chilena.
Nuestra formación en Venezuela nos permite venir acá y crear equipos de gran nivel. Cada uno de nosotros deja una huella de cariño, trabajo conjunto y, sobre todo, de buena música”.
Un mensaje necesario en tiempos convulsos
La Novena Sinfonía de Beethoven es conocida por su poderoso mensaje de unidad, paz y fraternidad. Para Saglimbeni, este mensaje cobra mayor relevancia en el contexto actual. “Vivimos tiempos convulsos, y la música es capaz de unir a la gente”, reflexionó. “Llevar la Novena al Estadio Nacional no solo es un reto artístico, es una oportunidad de transmitir un mensaje de hermandad que todos necesitamos escuchar”.
El 21 de diciembre, la música clásica romperá las barreras del teatro tradicional y se proyectará con fuerza desde el Estadio Nacional, en una noche que promete quedar grabada en la memoria cultural de Chile y en la carrera de un maestro venezolano que sigue dejando huella en el mundo.