El Papa Francisco lideró el rezo del Ángelus dominical desde la capilla de su residencia vaticana en lugar de hacerlo desde la ventana del Palacio Apostólico, como es tradición. Esta decisión fue tomada como medida de precaución para recuperarse de un resfriado antes de las festividades navideñas.
“Queridos hermanos y hermanas, buenos días. Lamento no poder estar con ustedes en la plaza. Estoy mejorando, pero es necesario tomar precauciones”, expresó el Papa al inicio de su mensaje, el cual fue transmitido por la Santa Sede. A pesar de que su voz se vio afectada y tuvo algunos episodios de tos, el pontífice argentino, que recientemente cumplió 88 años, se mostró optimista.
Durante la transmisión, el Papa Francisco se encontraba sentado frente a una mesa en la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia, junto a una figura del Niño Jesús regalada por el arzobispo de Santa Fe y realizada por aborígenes ecuatorianos. Su mensaje fue proyectado en las pantallas de la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde cientos de personas, incluidos muchos niños que esperaban la bendición de las figuras del Niño, lo escuchaban atentamente.
En su discurso previo al Ángelus, el Papa Francisco destacó la importancia de la maternidad y la infancia, recordando cómo antes de ser Papa observaba en el autobús cómo se cedía el asiento a las mujeres embarazadas como un gesto de esperanza y respeto. Este gesto, según el Papa, representa los valores esenciales que deben prevalecer en la sociedad.
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