El efecto de creación, un fenómeno ampliamente estudiado en psicología y comportamiento del consumidor, revela la tendencia de las personas a valorar más los objetos que han sido creados o ensamblados por ellos mismos. Este concepto se ha popularizado a través de la práctica del “hágalo usted mismo”, con empresas como IKEA a la vanguardia. IKEA, con aproximadamente 400 locales distribuidos en varios países, incluyendo Chile y Colombia, ha logrado crear una experiencia única para sus clientes al permitirles ensamblar sus propios muebles.
La clave del éxito de IKEA no se limita a la venta de muebles, sino a la experiencia de participación activa que ofrece a sus clientes. Al construir un objeto por sí mismos, los consumidores desarrollan un sentido de pertenencia y aprecio hacia el producto final. A pesar de posibles imperfecciones en el ensamblaje, la satisfacción de contribuir a la creación aumenta significativamente el valor percibido de los muebles.
Este efecto de creación no se limita a IKEA, sino que se observa en diversas situaciones cotidianas. Por ejemplo, las personas que construyen su propia casa tienden a valorarla más al momento de venderla, a pesar de conocer sus defectos. La conexión emocional y el esfuerzo invertido en la construcción influyen en la valoración de la propiedad.
Las razones detrás de este fenómeno radican en el aumento de la autoestima y la sensación de competencia que surge al participar en el proceso de creación. Además, el valor emocional añadido al producto, derivado del tiempo y la energía invertidos, contribuye a esta sobrevaloración. El apego emocional establecido durante el proceso de creación también juega un papel crucial en la valoración de los objetos.
Investigadores como Michael Norton, Daniel Mochon y Dan Ariely han llevado a cabo experimentos para validar el efecto de creación. En uno de ellos, estudiantes universitarios fueron invitados a crear figuras de origami y posteriormente valorarlas. Los resultados mostraron una clara tendencia a sobrevalorar las propias creaciones en comparación con las de otros participantes.
Este fenómeno se extiende más allá de la creación de objetos, influyendo en la percepción de la comida y otros productos. Para aquellos interesados en aplicar este conocimiento, se sugiere comparar opciones, dejarse aconsejar por otros y evaluar de manera objetiva la realidad de los objetos creados o ensamblados. Emmanuel Ferrario, experto en economía del comportamiento, destaca la importancia de comprender estos sesgos en la toma de decisiones.