Los jefes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) dijeron que están listos para ayudar a Venezuela, pero señalaron que no pueden hacerlo hasta que los miembros de ambos organismos decidan qué gobierno reconocen en Caracas.
La legitimidad del gobierno de Venezuela está en cuestión desde enero, cuando el presidente del parlamento, Juan Guaidó, invocó la Constitución y asumió de forma interina las riendas del Ejecutivo, en medio de un agravamiento de la crisis económica y humanitaria en el país sudamericano.
La directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, y el nuevo presidente del BM, el estadounidense David Malpass, expresaron su “gran preocupación” ante la situación en Venezuela en dos ruedas de prensa en el marco de las reuniones de primavera de ambas instituciones, que se realizan esta semana en Washington.
Tanto el FMI como el BM están esperando el posicionamiento de la comunidad internacional, y por ende de sus países miembros, para un posible reconocimiento de Guaidó, quien cuenta con el apoyo de más de 50 países, entre ellos Estados Unidos, las principales naciones de la Unión Europea y Brasil.
La cuestión del reconocimiento de uno u otro “no es decidida por el Banco sino por sus accionistas”, dijo Malpass, prometiendo que el BM se involucrará para atender la “crisis humanitaria”.
En sintonía, la directora del FMI indicó: “Estamos realmente muy, muy preocupados por la crisis humanitaria que se está desarrollando ante nuestros ojos en Venezuela”, dijo, y señaló que el FMI espera ser “guiado” por sus miembros.
En sus previsiones económicas divulgadas antes de las reuniones de primavera, el BM y el FMI proyectaron una contracción del 25 % del PIB venezolano y una hiperinflación de 10.000.000% para este año.