El ex presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, fue detenido el 15 de enero tras un prolongado intento de acceso a su residencia por parte de las autoridades. La aprehensión se llevó a cabo después de que el mandatario aceptara comparecer ante la oficina anticorrupción que lo investiga.
Investigadores de Corea del Sur lograron ingresar en la residencia presidencial para ejecutar la orden de arresto, superando las barricadas instaladas por el Servicio de Seguridad Presidencial (PSS). Un convoy compuesto por funcionarios de la oficina anticorrupción y la Policía surcoreana accedió al recinto pasadas las 8:00 hora local, aproximadamente tres horas después de que comenzara el nuevo operativo para detener al líder conservador.
Durante la operación, también fue detenido el jefe de las fuerzas de protección del mandatario, Kim Sung-hoo, por obstruir la ejecución de la orden de arresto sobre Yoon.
Las autoridades llegaron a la residencia alrededor de las 5:20 hora local para ejecutar la orden, pero sus dos primeros intentos de acceso fueron bloqueados por una cadena humana formada por los servicios de seguridad presidencial y vehículos. Un total de aproximadamente 3.000 efectivos participaron en el operativo, que incluyó el acordonamiento de la zona.
Alrededor de 6.500 partidarios de Yoon se congregaron en las cercanías de la residencia, mientras que una treintena de parlamentarios del gobernante Partido del Poder Popular (PPP) también se desplazaron a las afueras para protestar contra la orden de arresto. Yoon se había mantenido escondido en su residencia desde que fue destituido el 14 de diciembre.
El primer intento de ejecutar la orden de arresto el 3 de enero había fracasado debido a la resistencia del PSS, que impidió el acceso a funcionarios de la oficina anticorrupción y a agentes de policía, obligando a cancelar el operativo.