El fallecimiento de César Mayora, un preso político y exsargento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), ha generado indignación entre diversas organizaciones no gubernamentales. Mayora murió el 16 de enero en la cárcel del Fuerte Guaicaipuro en Venezuela, y se ha denunciado que su deceso se produjo a causa de un infarto fulminante, presumiblemente relacionado con torturas físicas y psicológicas sufridas durante su reclusión.
Ante esta lamentable situación, la comisión de Derechos Humanos del Movimiento Libertas ha exigido garantías para el derecho a la salud y la integridad física de los presos políticos bajo custodia del Estado venezolano. Asimismo, la ONG Caleidoscopio Humano se ha unido al llamado de justicia, denunciando las condiciones inhumanas en las que se encuentran los reclusos políticos en el país.
Según el informe más reciente de la ONG Foro Penal, en Venezuela hay un total de 1.687 presos políticos, muchos de los cuales enfrentan acusaciones por conspiración o desobediencia al régimen actual. César Mayora fue detenido el 18 de diciembre de 2019 por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) en relación con el caso “Honor y Gloria”, donde se le acusó de planear un asalto a una unidad militar y se le impuso una condena de 30 años de prisión.
Las organizaciones que han denunciado la muerte de Mayora consideran este hecho como un ejemplo más de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos dentro del sistema penitenciario venezolano, especialmente hacia los presos políticos. Por ello, el Movimiento Libertas DDHH y Caleidoscopio Humano han instado a las autoridades nacionales y organismos internacionales a investigar a fondo este caso y garantizar la protección de los presos políticos en el país.
En este contexto, es fundamental el apoyo del periodismo independiente para seguir informando y asegurar que las noticias relevantes estén al alcance de todos. La muerte de César Mayora destaca la importancia de mantener la transparencia y la defensa de los derechos humanos en Venezuela.