Yahoo Deportes. Zidane dijo en la rueda de prensa tras el partido ante el Rayo lo que los aficionados llevan pensando desde hace meses. Esa sensación de hartazgo, de estar hasta los mismísimos, de querer largarles a todos no a final de temporada, sino ya mismo.
Si algo bueno podía traer que Zizou cogiera al equipo este verano era ver quién valía y quién no, porque no es lo mismo verlo desde fuera que vivirlo desde dentro. No es igual pensar que un jugador puede recuperar su nivel bajo su mando que ver que éste es irrecuperable, que no era cosa del entrenador, lo era de los jugadores.
El desastre de Vallecas es probablemente el peor desde que el francés cogió el equipo, pero ni mucho menos es el mayor ridículo de este Real Madrid, y ese es el drama. Que caer en el campo del colista sin ser capaz de meterle ni un solo gol a la peor defensa de la Liga es fiel reflejo de la temporada blanca, no un hecho aislado o una mala noche.
A Zidane le hemos oído cosas tras la derrota ante el Rayo que no salieron de su boca ni en la peor de sus noches en los casi tres años anteriores, y eso es más que significativo. Esa manera de no defender a sus jugadores, de acusarles de falta de actitud, de decir que se equivocó sacando el equipo que eligió. Es probable que haya un antes y un después de la noche de Vallecas.
El deseo de Zizou es el de todos los madridistas, ese “me gustaría que la temporada acabara cuanto antes”. Hay que finalizarla con la mayor dignidad posible y después toca la limpia. Sin piedad. Sin mirar el palmarés. Sin pensar en el clásico ‘con lo que nos han dado’.